La lectura de la primera carta a los tesalonicenses nos enseñó que importancia tenía en la predicación de Pablo la espera de la venida de Cristo.
La esperanza del Día de Cristo era incentivo poderoso para mantener la fe de los Tesalónicos creyentes. Podía, sin embargo, llevar a un nerviosismo enfermizo. La Iglesia de Tesalónica fue el primer ejemplo de esos grupos minoritarios y perseguidos en que la esperanza del fin del mundo trastorna el desarrollo normal de la vida cristiana.
En la presente carta, escrita pocos meses después de la prima, Pablo trata de tranquilizar a la comunidad.
1 1 Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses que está en Dios nuestro Padre y en Cristo Jesús el señor.
2 Reciban gracia y luz del Dios Padre y de Cristo Jesús el Señor.
3 Debemos dar gracias a Dios en todo tiempo por ustedes, hermanos. Es lo que conviene, ya que siguen progresando en la fe, cada uno con más amor a todos sus hermanos. 4 Nosotros mismos nos sentimos orgullosos de ustedes en las demás Iglesias de Dios, al ver cómo se mantienen firmes y guardan su fe en todas las persecuciones y sufrimientos que soportan. 5 Ustedes han de reconocer en estas pruebas un justo decreto de Dios, porque deben mostrarse dignos de ese Reino de Dios por el cual ahora padecen.
El juicio y la venida de Cristo
6 Es justo que Dios devuelva sufrimientos a los perseguidores, 7 mientras que a ustedes los perseguidos les dé el descanso con nosotros, en el día en que se manifieste glorioso el Señor Jesús. El vendrá del Cielo, rodeado de su corte de ángeles, 8 llevando la llama ardiente para castigar a los que no reconocen a Dios y no obedecen el Evangelio de Jesús, nuestro Señor.
9 Serán condenados a la perdición eterna lejos del rostro del Señor y de su poderosa gloria. 10 En aquel día el Señor será glorificado en la persona de sus santos y lo admirarán en todos aquellos que creyeron, entre los cuales están ustedes, que han acogido nuestro testimonio.
11 Pensando en esto, rogamos a cada momento por ustedes que nuestro Dios los haga dignos de la vocación a que los llamó, y que, por su poder, lleve a efecto los buenos propósitos que forman ustedes y les conceda tener una fe activa y eficiente.
12 De ese modo, el Nombre de Jesús nuestro Señor será glorificado a través de ustedes y ustedes lo serán en él, según el plan bondadoso de nuestro Dios y de Cristo Jesús, el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario