Nosotros también fracasamos en nuestra vida cristiana muchas veces, porque dudamos y no vemos claramente el plan de Dios sobre el mundo.
Pablo, preso en roma, liberado ya de las discusiones y contiendas con los judíos, tuvo interrogantes. Viviendo en esta capital del occidente, pudo escuchar y juzgar las doctrinas venidas de todas partes del mundo, y madurar su propia fe. El mismo nos dice que debe a una revelación de Dios esta visión tan clara del plan divino que nos va a exponer: Dios, el Hombre, el Mundo.
El mundo ha sido creado para los hombres, para ser una sola familia en Cristo. “En Cristo”, ¡qué expresión tan extraña! Pablo la repite más de cien veces. Es que los hombres se reunirán, no por estar en un mismo lugar o por someterse a una misma autoridad, sino por encontrarse en una misma persona capaz de abrazarlos a todos en su amor desbordante; y ése es Cristo, el Hijo Único, que reúne en él a todos sus hermanos de adopción.
Cristo está actuando en el mundo dividido de hoy; es cierto que algún día reunirá a los hombres después de encaminados hacia la ciudadanía mundial.
¿Cuál fue el motivo de escribir la presente carta? Estando Pablo en roma, por el año 68, supo que las Iglesias de la provincia de Efeso se dejaban perturbar por predicadores de origen judío, que pasaban como muy extendidos en materias religiosas, se preocupaban mucho de los ángeles que administran el mundo y hablaban bien poco de Cristo. Entonces, Pablo escribió una carta a los colosenses, y otra a las comunidades cercanas a Efeso, la presente carta “a los Efesios”. Según su costumbre, prefirió afianzar las bases de la fe, en vez de rebatir los errores uno tras otro. Con esto nos dejó unas magníficas páginas.
Colocó todo bajo los pies de Cristo
15 He tenido conocimiento de la fe de ustedes y de su cariño con todos los creyentes, 16 por lo que no dejo de dar gracias a Dios, y de recordarlos en mis oraciones. 17 Que el Dios de Cristo Jesús nuestro Señor, el Padre de la Gloria, se manifieste a ustedes, dándoles un espíritu de sabiduría, para que lo puedan conoce, 18 Que les ilumine la mirada interior, para que vean lo que esperamos a raíz del llamado de Dios; y entienda qué grande y deslumbrante es la herencia que Dios reserva a sus santos; 19 y comprendan con qué extraordinaria fuerza actúa El a favor de los que hemos creído.
20 Esta fuerza se ha manifestado en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su lado, en los cielos, 21 mucho más arriba que todo Poder, Autoridad, Dominio, o cualquier otra Fuerza Sobrenatural que se pueda menciona, no sólo en este mundo, sino también en el mundo futuro.
22 Dios, pues, colocó todo bajo los pies de Cristo para que, estando más arria que todo, fuera cabeza de la Iglesia, la cual es su cuerpo. 23 El, que llena todo en todos, despliega en ella su plenitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario