* Después de estos mensajes a las Iglesias de Asia, vienen visiones que encierran el sentido de la historia.
- En los capítulos 4,11 Juan descubre el sentido de la historia de Israel, hasta la predicación del Evangelio.
- En los capítulos 12,21 nos prepara para comprender la historia que vivimos y las luchas de la Iglesia.
Para empezar, necesitamos saber a dónde vamos y por qué luchamos. El que no tiene un norte, pronto será barrido por las corrientes adversas. Por eso Juan, antes de desarrollar una visión de la Historia, nos muestra el centro inmutable de donde provienen todas las cosas y los acontecimientos y a dónde vuelven.
En el cielo un trono, y en el trono Alguien sentado. Ese alguien invisible del que irradian luz y vida es el Ser divino contemplado en su fuente primera, que es el Padre. El no tiene rostro que se pueda descubrir, pero todos los elementos de la naturaleza están reunidos para expresar algo del Ser divino, fuerza imponente del temporal, poder fascinante del fuego, pureza y frescura del agua.
Los ancianos son los santos del Antiguo Testamento que representan al pueblo de fiel (ver Is 24,23). Los cuatro animales, o más bien seres, designan a los ángeles. Son figuras poéticas para expresar lo más noble, robusto, sabio y rápido. Fijan sus ojos, siempre despiertos, en el seno del Ser divino y derraman las energías de Dios por todo el universo. (ver Ez 1)
No cesan de repetir: Santo, Santo, Santo (v. 8). Este es el primero de los himnos que leemos en el Apocalipsis. Al centro en que está Dios y de donde parte la historia del mundo, solamente vuelve la acción de gracias. Cuando haya transcurrido la historia y se acabe la vida de los mortales, todo se reunirá en una acción de gracias al Padre. ¿Qué haremos en el cielo? Todo será admiración, alabanza y descubrimiento asombrado de la infinidad de Dios.
Una puerta se abre en la bóveda del cielo (v.7). Según las ideas de aquel tiempo, por encima de la bóveda están las "aguas superiores", que son el piso de otro cielo, el verdadero, donde reside Dios. Estas son llamadas "mar transparente como el cristal"
Se notará cómo Juan describe el misterio de Dios en la presente página, usando las imágenes de Isaías 6 y Ezequiel 1. En cuanto a los cuatro animales, el arte cristiano acostumbró a representar con ellos a los cuatro evangelistas. Mateo, el hombre; Marcos, el león, Lucas, el toro y Juan el águila.
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