Dama elegida, Señora. Así saluda Juan a la comunidad de no sabemos qué ciudad. Elegida y Santa es la Iglesia, como son elegidos de Dios y santos los que la integran.
Juan invita a una actitud muy firme y tajante frente a los que no aceptan la fe pura de los apóstoles. Al mismo tiempo recuerda la ley fundamental del cristiano, el amor.
Permanecer celosamente fieles a la Verdad es amar a Cristo, que nos confió esta verdad, y servir a los hombres, que necesitan toda la verdad y no solamente la que más guste a la gente de hoy.
1 Yo, el Anciano, a la Dama Elegida y a sus hijos, a los que amo sinceramente, así como los que han conocido la verdad 2 a causa de esta misma verdad que está y estará siempre en nosotros.
3 Reciban gracia,misericordia y paz, de Dios Padre y de su Hijo Cristo Jesús, en verdad y amor.
4 Mucho me alegré al haber encontrado hijos tuyos que viven de acuerdo a la verdad, según el mandato que recibimos del Padre. 5 Y ahora, Señora, te ruego; no es un mandamiento nuevo el que te escribo, sino el que tenemos desde el principio; te ruego: que nos amemos unos a otros.
6 El amor consiste en esto: que andemos de acuerdo a sus mandamientos. Y el mandamiento es éste: que anden en el amor como ustedes lo aprendieron desde el principio.
7 Porque han venido al mundo muchos seductores que no reconocen a Jesús como el Mesías venido en la carne. Esos son impostores y anticristos. 8 Cuídense a sí mismos, para que no pierdan el fruto de sus trabajos, sino que reciban una recompensa perfecta. 9 Todo el que sobrepasa y no se queda dentro de la doctrina de Cristo no posee a Dios. El que permanece en la doctrina, ése sí que posee al Padre y al Hijo. 10 Si alguien llega a ustedes y no trae esta doctrina, no lo reciban en sus casas, ni siquiera lo saluden. 11 Porque el que lo saluda se hace cómplice de sus malas obras.
12 Tendría muchas cosas que escribirte, pero prefiero no hacerlo con papel y tinta. Espero ir personalmente y hablarte de viva voz, para que nuesra alegría sea perfecta.
13 Te saludan los hijos de tu hermana Elegida.
- El Mesías venido en la carne (7); es decir que, existiendo en Dios, como Dios, viene a nosotros hecho hombre.
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