(Lc 6)
5 1 Jesús, al ver a toda esa muchedumbre, subió al monte. Allí se sentó y sus discípulos se le acercaron. 2 Comenzó a hablar, y les enseñaba así:
3 “Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4 Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
5 Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia
6 Felices los que tienen hambre y sed de Justicia, porque serán saciados.
7 Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.
8 Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
9 Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.
10 Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11 Dichosos ustedes cuando por causa mía los maldigan, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. 12 Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así trataron a los profetas que hubo antes que ustedes.
Sal y luz de la tierra
(Mc 4,21, Lc 14,34; 8,16; 11,33)
13 Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve a desabrida, ¿con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura o para que la pise la gente. 14 Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. 15 No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alumbre a todos los de la casa. 16 Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de ustedes que está en los Cielos.
Una ley más perfecta
17 No crean que yo vine a suprimir la Ley o los Profetas: No vine a suprimirla, sino para darle su forma definitiva. 18 Les aseguro que primero cambiarán el cielo y la tierra antes que una coma de la Ley: todo se cumplirá. 19 Por tanto, el que deje de cumplir uno de los mandamientos de la Ley, por insignificante que parezca, y enseñe a los hombres a desobedecerlo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; al contrario, el que los cumpla y los enseñe será grande en el Reino de los Cielos.
20 Y les digo que si su vida no es más perfecta que la de los maestros de la Ley y de los fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
21 Ustedes han escuchado que se dijo a sus antepasados: “No matarás, y el que mate deberá responder ante la justicia.” 22 Yo les digo más: cualquiera que se enoje contra su hermano comete un delito, y el que lo trate de tonto merecería responder ante el Tribunal Supremo, y el que lo trate de renegado de la fe es digno del infierno. 23 Por eso, cuando presentes una ofrenda al altar, si recuerdas allí que tu hermano tiene alguna queja en contra tuya, 24 deja ahí tu ofrenda ante el altar, anda primero a hacer las paces con tu hermano y entonces vuelve a presentarla. 25 Llega a un acuerdo con tu enemigo mientras van de camino, no sea que tu enemigo te entregue al juez y el juez al carcelero y te echen al calabozo. 26 Te aseguro que no saldrás de ahí sino cuando hayas pagado hasta el último centavo.
27 Se dijo a los antepasados: “No cometerás adulterio.” 28 Ahora yo les digo que quien mira con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio en su interior. 29 Por eso, si tu ojo derecho es ocasión de pecado para ti, sácatelo y tíralo lejos; porque es más provechoso para ti perder una parte de cuerpo y que no seas arrojado entero al infierno. 30 Y si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtatela, porque es mejor perder una parte de cuerpo y no que vayas entero a parar al infierno.
31 Se dijo también: “El que despide a su mujer le dará un certificado de divorcio.” 32 Pero yo les digo que el que despide –fuera del caso de infidelidad- la empuja al adulterio. Y también el que se case con esa mujer divorciada comete adulterio.
No jurar
33 Ustedes aprendieron también lo dicho a sus antepasados: “No jurarás en falso, sino que cumplirás lo que has prometido al Señor.” 34 Ahora yo digo: No juren nunca: ni por el cielo, porque es el trono de Dios. 35 Ni por la tierra, que es la tarima de sus pies; ni por Jerusalén porque es la ciudad del Gran rey; 36 ni por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos. 37 Digan, sí cuando es sí, y no cuando es no, porque lo que se añade lo dicta el demonio.
Amar a todos los hombres
(Lc 6,29)
38 Ustedes saben que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” En cambio, yo les digo: 39 No resistan a los malvados. Preséntale la mejilla izquierda al que te abofetea la derecha, 40 y al que te arma pleito por la ropa, entrégale también el manto. 41 Si alguien te obliga a llevarla la carga, llévasela el doble más lejos. 42 Dale al que te pida algo y no le vuelvas la espalda al que te solicite algo prestado.
43 Ustedes saben que se dijo: “Ama a tu prójimo y guarda rencor a tu enemigo.” 44 Pero yo les digo: Ame a sus enemigos y recen por sus perseguidores. 45 Así serán hijos de su Padre que está en los cielos. El hace brillar el sol sobre malos y buenos, y caer la lluvia sobre justos y pecadores.
46 Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué premio merecen?, ¿no obran así también los pecadores? 47 ¿Qué hay de nuevo si saludan a sus amigos?, ¿no lo hacen también los que no conocen a Dios? 48 Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto su Padre que está en el Cielo.
Ni Marcos, ni Lucas eran apóstoles... Tampoco discípulos... Eran ayudantes de Pablo...que no era ni mucho menos un apóstol aunque se llamara así mismo así. Y el evangelio de Mateo lo mas probable es que tampoco pertenezca al Apóstol. Buena intención, pero mala información
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