(Mc 13 Lc 21; 17,23; 12,36)
24 1 Jesús salió del Templo y, mientras caminaba, sus discípulos se acercaron y le hacían notar las imponentes construcciones del Templo. 2 Pero él respondió: “¿Ven todo esto? En verdad les digo que aquí no quedará piedra sobre piedra. Todo será destruido.”
3 Luego se sentó en el cerro de los Olivos y los discípulos fueron a preguntarle en privado: “Dinos, ¿cuándo tendrá lugar todo esto? ¿Cuál será la señal de tu venida y del fin de la historia?
4 Jesús les contestó: “Tengan cuidado de que nadie los engañe. 5 Porque muchos se presentarán como el Salvador y dirán: Yo soy el Mesías, y engañarán a muchos. 6 Se hablará de guerras y de rumores de guerra. Pero no se alarmen, porque todo eso tiene que pasar, pero no será todavía el fin. 7 Unas naciones se levantarán en contra de otras, y pueblos contra otros pueblos. Habrá hambres y terremotos en diversos lugares. 8 Pero todo esto no será sino los primeros dolores del parto.
9 Entonces los entregarán para atormentarlos y los matarán, y por causa mía serán odiados por todo el mundo. 10 En esos días muchos tropezarán y caerán; unos a otros se traicionarán y quedarán enemigos. 11 Aparecerá gran cantidad de falsos profetas, que engañarán a muchos; 12 y tanta será la maldad, que en muchos el amor se enfriará. 13 Pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará. 14 Esta Buena Nueva del reino será proclamada por todas partes del mundo para que la conozcan todas las naciones, y luego vendrá el fin.
15 Por tanto, cuando vean al ídolo del invasor instalado en el Templo, según las palabras del profeta Daniel (que el lector sepa entenderlas), 16 los que estén en Judea huyan a los montes.
17 Si entonces estás en la azotea de tu casa, no te demores ni vayas adentro a buscar tus cosas. 18 Si te hallas en el campo, no vuelvas a buscar tu capa. 19 ¡Pobres de las que, en esos días, se hallen embarazadas o estén criando! 20 Rueguen para que no les toque huir en el invierno o en día sábado. 21 Porque éstos serán tiempos de angustia como no ha habido igual desde el principio del mundo, ni habrá nunca después. 22 Y si esos momentos no se acortaran, nadie se salvaría. Pero Dios acortará esos días en consideración a sus elegidos. 23 Si en este tiempo alguien les dice: Aquí o allí está el Mesías, no lo crean. 24 Porque se presentarán falsos cristos y falsos profetas, que harán cosas maravillosas y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, aun a los elegidos de Dios. 25 Miren que se lo he advertido de antemano.
26 Por tanto, si alguien les dice: ¡En el desierto está!, no vayan. Si dicen: Está en tal lugar retirado! No lo crean. 27 En efecto, cuando venga el Hijo del Hombre, será como relámpago que parte del oriente y brilla hasta el poniente, o 28 según dice el proverbio: “Donde hay un cadáver, ahí se juntan los buitres.”
Venida del Hijo del Hombre
(Mc 13,28 Lc 17,29)
29 Porque, después de esos días de angustia, el sol se oscurecerá, la luna perderá su brillo, caerán las estrellas del cielo y el universo entero se conmoverá. 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre: mientras todas las razas de la tierra se golpeen el pecho, verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo, con el Poder divino y la plenitud de la Gloria. 31 Mandará a sus ángeles, los cuales tocarán la trompeta y reunirán a los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del mundo.
32 Aprendan este ejemplo de la higuera: Cuando están tiernas sus ramas y le salen hojas, ustedes entienden que se acerca el verano. 33 Asimismo, cuando noten todas estas cosas que les dije, sepan que ya está cerca, a la puerta. 34 En verdad les digo: No pasará esta generación sin que sucedan todas estas cosas. 35 Pasarán el cielo y la tierra, pero mis palabras no pasarán.”
36 En cuanto se refiere a ese Día y a esa hora, no lo sabe nadie, ni los ángeles de Dios, ni siquiera el Hijo, sino sólo el Padre.
37 En la venida del Hijo del Hombre, sucederá lo mismo que en los tiempos de Noé. 38 En aquellos días que precedieron al diluvio, los hombres seguían comiendo, bebiendo y casándose, hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el Arca. 39 Y no se daban cuenta, hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Lo mismo sucederá en la venida del Hijo del Hombre. 40 Entonces, de dos hombres que están juntos en el campo, uno será tomado, y el otro no. 41 De dos mujeres que están juntas moliendo trigo, una será tomada, y la otra no.
Estén alerta
42 Por eso, estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor. 43 Fíjense bien: Si un dueño de casa supiera a qué hora lo va a asaltar el ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto de su casa. 44 Por eso, estén alerta; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos piensan.
45 ¿Quién será el servidor fiel y prudente que su señor ha puesto al cuidado de su familia para repartirles el alimento a su debido tiempo? 46 Feliz ese siervo a quien su Señor al venir encuentre tan bien ocupado. 47 En verdad les digo: le confiará la administración de todo lo que tiene.
48 Al contrario, el servidor malo piensa: Mi Señor demora. 49 Y empieza a maltratar a sus compañeros y a comer y a beber con borrachos. 50 El patrón de ese servidor vendrá en el día que no lo espera, y a la hora que menos piensa. 51 Le quitará el puesto, y lo tratará como a los hipócritas: allí habrá llanto y desesperación.
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