(Mc 6,4 Lc 9,7)
14 1 Por aquel tiempo, el rey Herodes tuvo noticias de la fama de Jesús. 2 Y dijo a a sus allegados: “Es Juan Bautista. Juan ha resucitado de entre los muertos y por eso los poderes milagrosos actúan en él.” 3 Hay que decir que Herodes había hecho detener a Juan y, cargado de cadenas, lo había metido en la cárcel. Pues Herodes había tomado como mujer a Herodías, la esposa de su hermano Filipo, 4 y Juan le decía: “No puedes tenerla como esposa.” 5 Herodes hubiera querido matarlo, pero no se atrevía por temor al pueblo, que lo consideraba un profeta.
6 Pero llegó el cumpleaños de Herodes. La hija de Herodías salió a bailar en medio de los invitados, y le gustó tanto a Herodes, 7 que le prometió bajo juramento darle todo lo que le pidiera. 8 La joven, siguiendo el consejo de su madre, le dijo: “Dame aquí en una bandeja la cabeza de Juan Bautista.”
9 El rey, que se había comprometido bajo juramento en presencia de los invitados, ordenó entregársela, aunque muy a pesar suyo. 10 Y mandó cortar la cabeza de Juan en la cárcel. 11 En seguida trajeron su cabeza en una bandeja, se la entregaron a la muchacha, y ésta se la llevó a su madre.
12 Después vinieron los discípulos de Juan, llevaron su cuerpo a enterrar y fueron a dar la noticia a Jesús.
Primera multiplicación del pan
(Mc 6,32 Jn 6)
13 Entonces Jesús se alejó de allí en barca a un lugar despoblado para estar solo. Pero la gente, en cuanto lo supo, lo siguió por tierra, desde sus pueblos. 14 Jesús al desembarcar y ver a tanta gente reunida, tuvo compasión y sanó a los enfermos.
15 Al caer la tarde, sus discípulos se le acercaron para decirle: “Estamos en un lugar despoblado, y se hace tarde; despide a esta gente para que se vaya a las aldeas y se compre algo que comer.”
16 Pero Jesús les contestó: “No tienen necesidad de irse: denles ustedes de comer.” 17 Ellos respondieron: “No tenemos aquí más que cinco panes y dos pescados.” 18 Jesús les dijo: “Tráiganlos para acá.”
19 Entonces, manda sentarse a todos en la hierba. Toma los cinco panes y los dos pescados, levanta los ojos al cielo, pronuncia la bendición, parte los panes y los entrega a los discípulos para que se los repartan a la gente. 20 Y todos comieron hasta saciarse.
Se recogieron doce canatos llenos de los pedazos que sobraron. 21 Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres ni los niños.
Jesús anda sobre las aguas del lago
(Mc 6,45 Jn 6,16)
22 Inmediatamente después, Jesús obligó a sus discípulos a que se embarcaran y fueran a esperarlo al otro lado, mientras él despedía a la muchedumbre.
23 Una vez que los despidió, subió solo a un cerro a orar. Al caer la noche, estaba allí solo. 24 Entre tanto, la barca estaba ya muy lejos de tierra, sacudida fuertemente por las olas, porque soplaba viento en contra.
25 De madrugada, fue Jesús hacia ellos caminando sobre el mar. 26 Al verlo caminar sobre el mar, se asustaron y exclamaron: “¡Es un fantasma!” Y llenos de miedo comenzaron a gritar. 27 Jesús les dijo al instante: “Animo, no teman, soy yo.” 28 Pedro contestó: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti caminando sobre las aguas.” 29 Jesús le dijo: “Ven.” Pedro bajó de la barca, y caminaba sobre las aguas para llegar a Jesús. 30 Pero, al fijarse en la violencia del viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entones gritó: “¡Sálvame, Señor!” 31 Al instante Jesús extendió la mano, diciendo: “Hombre de poca fe, ¿por qué vacilaste?”
32 Cuando subieron a la barca, cesó el viento; 33 y los que estaban en la barca se postraron delante de él, diciendo: “¡Verdaderamente, tú eres Hijo de Dios!” 34 Una vez terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret. 35 Al reconocerlo, la gente del lugar divulgó la noticia por toda la región. 36 Le trajeron todos los enfermos, rogándole que los dejara tocar solamente el fleco de su capa. Todos los que lo tocaron quedaron totalmente sanos.
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