(Mt 28 Lc 24 Jn 20)
16 1 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María, madre de Santiago, y Salomé compraron aromas para embalsamar el cuerpo 2 Y muy temprano, en ese primer día de la semana, llegaron al sepulcro apenas salido el sol. Se decían unas a otras: 3 “¿Quién nos removerá la piedra del sepulcro?” 4 Pero, cuando miraron, vieron que la piedra había sido echada a un lado, y eso que era una piedra muy grande.
5 Al entrar en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido enteramente de blanco; y se asustaron. 6 Pero él les dijo: “No se asusten. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el que fue crucificado. Resucitó; no está aquí; éste es el lugar donde lo pusieron, ¿no es cierto? 7 Ahora bien, vayan a decir a Pedro y a los otros discípulos que Jesús se les adelante camino de Galilea. Allí lo verán tal como él se lo dijo.”
8 Entonces las mujeres salieron corriendo del sepulcro. Estaban asustadas y asombradas y no dijeron nada a nadie, de tanto miedo que tenían.
Breve conclusión del Evangelio
9 Jesús, que resucitó en la madrugada del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete espíritus malos. 10 Ella fue a anunciárselo a los que habían sido compañeros de Jesús y que estaban tristes y lo lloraban. 11 Pero al oírle decir que vivía y que lo había visto, no lo creyeron.
12 Después Jesús se apareció bajo otra figura a dos de ellos, cuando iban al campo. 13 Estos volvieron a contárselo a los demás, pero tampoco los creyeron.
14 Por último, Jesús se apareció a los once discípulos cuando estaban comiendo. Jesús los reprendió por su falta de fe y su porfía en no creer a los que lo habían visto resucitado.
15 Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y anuncian la Buena Nueva a toda la creación. 16 El que crea y se bautice se salvará. El que se resista a creer se condenará. 17 Y estas señales acompañarán a los que crean; en mí Nombre echarán los espíritus malos, hablarán en nuevas lenguas, 18 tomarán con sus manos las serpientes y, si beben algún veneno, no les hará ningún daño. Pondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán.”
19 Así, pues, el Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
20 Y los discípulos salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con las señales que lo acompañaban.
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