LA BIBLIA - INTRODUCCIÓN

La Biblia no ha caído del cielo. Aquí están libros que no se proclamaron desde las nubes, con algún parlante celestial, sino que se reunieron pacientemente a lo largo de siglos en el seno del Pueblo de Dios, gracias a la fe de sus minorías más conscientes.

Durante unos 18 siglos, desde Abraham hasta Jesús, el pueblo de Israel descubrió, cada vez con mayor lucidez, que el Dios Único se había ligado a él. Las experiencias de la comunidad nacional, los llamados de esos hombres, llamados profetas, que hablaban de parte de Dios, las inquietudes que se desarrollaban entre los creyentes: todo esto pasó de una que otra manera a esos libros. Y fueron los responsables religiosos de Israel los que recibieron, escogieron y acreditaron estos libros, integrándolos al Libro Sagrado.

Así se formó el Antiguo Testamento de la Biblia.Testamento se refiere a que estos libros era como la herencia más preciosa entregada por Dios a su pueblo escogido.

Después de tantas experiencias, llegó para el pueblo de Israel un tiempo de crisis en que Dios quiso llevarlos de una vez a la madurez de la fe. Para eso vino Jesús. Con él se llevó a cabo la experiencia más trascendental de toda la historia. Jesús, sus esfuerzos para salvar al pueblo judío de una destrucción inminente, su rechazo, su muerte y, luego, su Resurrección: ésta fue la última palabra de Dios.

La trayectoria de Jesús originó la predicación de la Iglesia y los libros que en ella se escribieron. Aquellos libros que fueron aprobados por los responsables de la Iglesia pasaron a integrar el Nuevo Testamento.

El Nuevo Testamento comprende:

LOS CUATRO EVANGELIOS. La palabra Evangelio significa la Buena Nueva. Esos son los libros en que los apóstoles de Jesús escribieron lo que habían visto y aprendido de él.

Luego viene el libro de los HECHOS DE LOS APÓSTOLES, escrito por Lucas, el mismo que escribió el Tercer Evangelio.

Luego vienen más de veinte CARTAS que los apóstoles dirigieron a las primeras comunidades cristianas.

El Antiguo Testamento comprende:

Los LIBROS HISTÓRICOS. Aquí vemos la actuación de Dios para liberar a un pueblo que quier hacer que sea su pueblo. Lo vemos educar a ese pueblo y dar un sentido a su historia nacional. En estos libros se destacan:

El Génesis. El Exodo. El Deuteronomio. Los libros de Samuel.

LOS LIBROS PROFETICOS. Dios interviene en la historia por medio de sus profetas, encargados de transmitir su palabra.

LOS LIBROS DE SABIDURÍA destacan la importancia de la educación y del esfuerzo del individuo para llegar a ser un hombre responsable y un creyente.

Ediciones Paulinas - Verbo Divino

viernes, 2 de julio de 2010

46

Josué y los jueces

46 1 Valiente en la guerra, así fue Josué, hijo de Nun, sucesor de Moisés, como profeta. El, haciendo honor a su nombre, se mostró grande para salvar a los elegidos, para castigar a los enemigos sublevados y para instalar a Israel en su territorio.
2 ¡Qué gloria mereció cuando, con los brazos en alto, extendía la espada contra las ciudades!
3 ¿Qué hombre hubo tan fuerte antes de él? El dirigía las batallas del Señor.
4 ¿No fue por orden suya que el sol se detuvo y que un día llegó a ser como dos?
5 El
invocó al Dios Altísimo cuando sus enemigos lo acosaban por todas partes, y el Señor grande lo oyó, lanzando granizos de tremendo peso.
6 Se arrojó sobre la nación enemiga y en la bajada aniquiló a los asaltantes, para que las naciones conocieran la fuerza de sus armas y que el Señor dirigía sus combates.
7 Es que Josué marchaba tras el Omnipotente y en tiempos de Moisés demostró su fe, lo mismo que Caleb, hijo de Jefuné. Se opuso a la asamblea, impidió que el pueblo pecara e hizo callar las murmuraciones de los malvados.
8 Ellos dos solos se salvaron, entre seiscientos mil hombres de guerra, y fueron introducidos en la herencia, en la tierra en que corre leche y miel.
9 Y el Señor concedió a Caleb la fuerza, que conservó hasta la vejez, lo hizo subir a los cerros del país que su descendencia conservó como herencia, 10 para que todo Israel vea qué bueno es seguir al Señor.
11 Los Jueces, cada uno por su nombre, todos hombres de corazón fiel, y que no se apartaron del Señor, ¡qué sea bendita su memoria!
12 Que sus huesos reflorezcan en sus tumbas, que sus nombres se renueven convenientemente en los hijos de estos hombres fuertes.

Samuel

13 Samuel, profeta del Señor, fue el predilecto de su Señor; estableció la realeza, y ungió a jefes que gobernaran a su pueblo.
14 Según la Ley del Señor, juzgó a la comunidad y el Señor intervino a favor de Jacob. 15 Por su fidelidad fue reconocido como profeta y, en sus palabras, fue reconocido vidente digno de fe. 16 Invocó al Señor Omnipotente, cuando los enemigos lo asediaban por todas partes, ofreciendo un cordero lechón. 17 Y el Señor hizo resonar su trueno en el cielo y con estruendo dejó oír su voz, 18 aniquiló a los jefes enemigos, a todos los príncipes filisteos.
19 Antes del tiempo de su descanso eterno dio testimonio ante el Señor y su ungido: “No he despojado a nadie de sus bienes, ni siquiera de sus sandalias.” Y nadie lo acusó. 20 Aun después de muerto, profetizó para anunciar su fin al rey; desde el seno de la tierra levantó su voz para profetizar y para borrar la iniquidad del pueblo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario