2 Las preocupaciones de la jornada impiden dormir, igual que la enfermedad grave.
Feliz el que no corre tras el dinero
3 El rico trabaja para amontonar riquezas y, cuando deja de trabajar, se llena de placeres. 4 El pobre trabaja para tener apenas con qué vivir y, cuando deja de trabajar, pasa necesidad.
5 El que ama el oro no se verá libre de pecado; el que persigue el lucro, en él se perderá. 6 Muchos fueron derribados por el oro; la desgracia loes vino al encuentro. 7 El dinero es una trampa para aquellos que lo sirven y los que no piensan se dejan atrapar.
8 ¡Feliz el rico que se conserva sin mancha y que no corre tras el oro! 9 ¿Quién es éste para felicitarlo? Pues demostró una virtud ejemplar.
10 ¿Quién pasó por esa prueba y fue hallado perfecto? Será para el motivo de gloria. ¿Quién pudo pecar y no pecó, hacer daño al prójimo y no lo hizo?
11 Sus bienes estarán seguros, y la asamblea publicará sus limosnas.
Los banquetes
12 Ya estás sentado en la mesa del banquete, no te quedes bocabierta, no te entusiasmes, ¡cuántas cosas que comer!
13 Recuerda que un ojo codicioso es algo malo. ¿Hay alguna creatura peor que el ojo? Por eso fue condenado a llorar.
14 No trates de tomar todo, así no tropezarás con tu vecino en el plato. 15 Piensa del prójimo de ti mismo y sé discreto en todo.
16 Come en forma educada todo lo que te sirvan y no seas glotón para que no te desprecies.
17 Por educación sé el primero en terminar de comer y no seas insaciable, así no tendrás tropiezo. 18 Si estás entre gente pudiente, no seas el primero en servirte.
19 A un hombre bien educado le basta un poco, y cuando se acuesta, no se siente molesto. 20 A estómago moderado, sueño saludable. Así te levantas temprano y en perfectas condiciones. Insomnio, vómitos y cólicos le esperan a un hombre glotón. 21 Si obligadamente tuviste que comer mucho, sal fuera, vomítalo y te sentirás mejor.
22 Escúchame, hijo, y no me desprecies, al fin comprenderás mis palabras. Sé moderado en tus acciones y nunca te enfermarás.
23 A un anfitrión que hace bien las cosas, todos lo alaban, y celebran su generosidad. 24 Por el contrario, murmuran del tacaño y todos hablarán de su mezquindad.
25 Con el vino no te hagas el valiente, pues muchos se han perdido por él. 26 El horno prueba el temple del acero, y el vino el corazón de los orgullosos.
27 El vino fortalece al hombre si se bebe con moderación. ¿Qué vida es la de un hombre que no bebe? El vino fue creado para alegrar a los hombres.
28 Alegría del corazón y gozo del alma, el vino, cuando se toma a su tiempo y según conviene. 29 Dolor de cabeza, amargura y vergüenza, el vino, si bebes en exceso para después tambalear.
30 La embriaguez enfurece al insensato hasta llegar a los disparates. Le quita las fuerzas y es causa de heridas. En banquete bien rociado, no provoques al vecino ni te burles de él si está alegre. No lo ofendas con palabras, no le reclames dinero en ese momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario