(Mc 12,41)
21 1 Jesús estaba observando y vio cómo los ricos depositaban sus ofrendas para el Templo. 2 Vio también a una viuda pobrísima que echaba dos moneditas.
3 Y dijo Jesús: “Créanme que esta pobre viuda depositó más que todos ellos. 4 Porque todos dan a Dios lo que les sobra. Ella, en cambio, tan indigente, echó todo lo que tenía para vivir.”
(Mc 13,1 Mt 24,1)
5 Algunos hacían notar a Jesús las hermosas piedras y los ricos adornos que habían sido regalado al Templo. 6 Jesús dijo: “Llegará el tiempo en que de todo lo que ustedes admiran aquí no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.”
7 Le preguntaron entonces: “Maestro, dinos cuándo sucederá eso. ¿Cuál será la señal de que va a suceder?”
8 Jesús contestó: “Tengan cuidado y no se dejen engañar, porque muchos vendrán en mi lugar, diciendo: Yo soy el Salvador, ésta es la hora de Dios. No los sigan. 9 Cuando oigan hablar de guerras y disturbios, no se asusten, porque primero tiene que pasar eso, pero el fin no vendrá en seguida.”
10 Después les dijo: “Se levantará una nación contra otra, y una raza contra otra. 11 Habrá grandes terremotos, pestes y hambre en una y otra parte. Se verán también cosas espantosas, y señales terribles en el cielo. 12 Pero, antes de eso, a ustedes los tomarán presos, y los perseguirán; los entregarán a los tribunales judíos y los llevarán a las cárceles; los harán comparecer ante los reyes y gobernadores porque llevan mi Nombre. 13 Esta será para ustedes la oportunidad de dar testimonio de mí. 14 No se olviden entonces de lo que ahora les advierto, de no preparar su defensa. 15 Porque yo mismo les daré palabras tan sabias que ninguno de sus opositores las podrá resistir o contradecir.
16 Ustedes serán denunciados por sus padres, hermanos, parientes y amigos, 17 y algunos de ustedes serán ajusticiados. 18 Serán odiados de todos a causa de mi Nombre, pero no se perderá ni uno de sus cabellos. 19 Manténgase firmes y se salvarán.
20 Cuando vean a Jerusalén rodeada por ejércitos, sepan que le ha llegado la hora fatal. 21 Si ustedes están en Judea, huyan a los cerros. Si están dentro de la ciudad, salgan y aléjense. Si están en los campos, no vuelvan a la ciudad. 22 Porque ésos serán los días de su castigo, en que se cumplirán todas las cosas que le fueron anunciadas en la Escritura. 23 ¡Pobres de las que están embarazadas o estén criando en esos días! Porque una gran calamidad sobrevendrá al país y estallará sobre este pueblo la cólera de Dios. 24 Morirán al filo de la espada, serán llevados prisioneros a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por las naciones hasta que se cumplan los tiempos de las naciones.
Venida del Hijo del Hombre
(Mt 24,29; Mc 13,24)
25 Entonces habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y por toda la tierra se angustiarán los pueblos, asustados por el ruido del mar y de las olas. 26 Los hombres morirán de espanto, con sólo pensar en lo que le espera al mundo, porque las fuerzas del universo serán conmovidas, 27 y en ese preciso momento verán al Hijo del Hombre viniendo en medio de la Nube: y su venida será con poder e infinita gloria.
Las señales de los tiempos
28 Cuando se presenten los primeros signos enderécense y levanten sus cabezas, pues habrá llegado el día de su liberación.”
29 Jesús les propuso esta comparación: “Fíjense en la higuera y en los demás árboles. 30 Cuando ustedes ven los primeros brotes, saben que está cerca el verano. 31 Así también, cuando vean las señales que les dije, piensen que está cerca el Reino de Dios. 32 En verdad les digo que no pasará esta generación sin que sucedan estas cosas. 33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 Estén alerta, no sea que se endurezcan sus corazones en los vicios, borracheras y preocupaciones de la vida, y, de repente, los sorprenda este día. 35 Pues caerá sobre todos los habitantes de toda la tierra como la trampa que se cierra. 36 Por eso estén vigilando y orando en todo tiempo para que se les conceda escapar de todo lo que debe suceder, y puedan estar de pie delante del Hijo del Hombre.”
37 Durante el día, Jesús enseñaba en el Templo, pero se iba a pasar la noche en el cerro de los Olivos. 38 Y desde muy temprano, todo el pueblo iba al Templo para escucharlo.
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