3 Fíjense bien: Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. 4 Si te ofende siete veces al día, y siete veces vuelve arrepentido, diciendo: No lo vuelvo a hacer más, perdónalo.”
(Mt 17,20; 21,21)
5 Los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe.” 6 El Señor respondió: “Si tienen fe como un granito de mostaza, le dirán a ese árbol que está ahí: Arráncate y plántate en el mar, y el árbol obedecerá.
7 Supongan que uno de ustedes tiene un servidor arando o cuidando el ganado. Cuando éste vuelve del campo, ¿le dicen ustedes: ven enseguida a sentarte a la mesa? 8 ¿No le dicen más bien: prepárame comida, y ponte el delantal para servirme, y después que yo haya comido y bebido, tú lo harás a tu vez? 9 Y después, ¿se sienten agradecidos de ese siervo porque hizo lo que le mandaron?
10 Esto vale para ustedes. Cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: Somos servidores que no hacíamos falta; sólo hicimos lo que debíamos hacer.
Los diez leprosos
11 De camino a Jerusalén, Jesús pasó por los límites de Samaria y Galilea. 12 Al entrar a un pueblo, diez hombres leprosos le salieron al encuentro. Se quedaron a cierta distancia 13 y gritaron: “Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros.”
14 Jesús les dijo: “Vayan a presentarse a los sacerdotes.”
15 Mientras iban, quedaron sanos. Uno de ellos al verse sanó, volvió de inmediato. Llegó alabando a Dios en alta voz 16 y echándose a los pies de Jesús, con el rostro en tierra, le daba gracias. Este era un samaritano.
17 Jesús entonces preguntó: “¿No sanaron los diez? ¿Dónde están los otros nueve? 18 El único que ha vuelto a alabar a Dios ha sido este extranjero?” 19 Enseguida dijo al hombre: “Levántate y vete: tu fe te ha salvado.”
De qué manera viene el Reino de Dios
(Mt 24,17)
20 Los fariseos le preguntaron: “¿Cuándo llegará el Reino de Dios?” El les contestó: “La llegada del Reino de Dios no es cosas que se pueda verificar. 21 No se va a decir: Está aquí o está acá. Y sepan que el reino de Dios está en medio de ustedes.”
22 Dijo además a los discípulos: “Llegará un tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del Hombre, pero no lo verán. 23 Entonces les dirán: Está aquí, está allá. No vayan, no corran. 24 En efecto, como el relámpago brilla en un punto del cielo y resplandece hasta el otro, así sucederá con el Hijo del Hombre cuando llegue su día. 25 Pero antes, tiene que sufrir mucho y ser rechazado por este pueblo.
26 En los días del Hijo del Hombre sucederá lo mismo que sucedió en tiempos de Noé. 27 Comían, bebían y se casaban hombres y mujeres, hasta el día en que Noé entró en el arca y vino el diluvio que los hizo perecer a todos. 28 Pasó lo mismo en los tiempos de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban. 29 Pero salió Lot de Sodoma, y Dios hizo caer del cielo una lluvia de fuego y azufre que los mató a todos. 30 Lo mismo pasará el día en que aparezca el Hijo del Hombre.
31 En ese día, el que esté en la terraza y tenga sus cosas en la casa, que no baje a buscarlas, y el que esté en el campo, no vuelva atrás. 32 Acuérdense de la mujer de Lot. 33 El que trata de salvar su vida la perderá; en cambio, el que la sacrifica la hace renacer para la vida eterna.
34 Yo les declaro que, en esa noche, de dos personas que estén durmiendo en una misma cama, una será llevada, y la otra dejada; 35 dos mujeres estarán moliendo juntas: una será llevada y la otra dejada.”
36 Entonces preguntaron a Jesús: “¿Dónde sucederá eso, Señor?” 37 Y él respondió: “Donde esté el cuerpo, ahí se juntarán los buitres.”
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