2 Bendeciré al Señor, en todo tiempo,
no cesará mi boca de alabarlo.
3 Mi alma se enorgullece en el Señor,
que lo oigan los humildes y se alegren.
4 Engrandezcan conmigo al señor
y ensalcemos a una su Nombre.
5 Busqué al Señor y me dio una respuesta
y me libró de todos mis temores.
6 Mírenlo y quedarán iluminados,
no asomará en sus caras la vergüenza.
7 Este pobre gritó y lo oyó el Señor
Y lo salvó de todas sus angustias.
8 Acampa el mensajero del Señor
junto a los que lo temen, y los salva.
9 Hagan la prueba y vean cuán bueno es el Señor
¡dichoso aquel que busca en él asilo!
10 Respeten al Señor todos los fieles,
pues de nada carece quien lo teme.
11 Los ricos quedan pobres y con hambre,
a quien busca al Señor nada le falta.
12 Vengan, hijos, y pónganme atención,
les voy a hablar del temor del Señor
13 ¿Quieres tú que tu vida se prolongue
y deseas gozar días felices?
14 Guarda del mal tu lengua,
tus labios de palabras mentirosas.
15 evita el mal y realiza el bien,
busca la paz y ponte a perseguirla.
16 Dios aparta su cara de los malos
para borrar su nombre de la tierra.
17 A los justos, empero, Dios los mira
y escucha atentamente sus clamores.
18 Cuando claman a él, los escucha
y los libra de sus angustias.
19 El Señor está cerca de las almas
que sienten aflicción
y salva a los de espíritu abatido.
20 Aunque el justo padezca muchos males,
de todos el Señor lo librará.
21 El cuida con afán todos sus huesos,
no le será quebrado ni uno de ellos.
22 El malo morirá por su maldad
y los que odian al justo tendrán su merecido.
23 El Señor libra el alma de sus siervos,
no pagará aquel que en él se ampara.
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