49 1 Escúchenme, islas,
7 Esto dice Yavé
el redentor y el Santo de Israel,
al que vive despreciado y aborrecido de todo el mundo,
al esclavo de los tiranos:
“Los reyes, al verte, se levantarán,
y los príncipes se inclinarán
porque el Santo de Israel, te eligió,
Yavé, ha cumplido su palabra.
8 Yavé te asegura:
En el momento oportuno, te atenderé,
cuando llegue el día de la salvación, te ayudaré.
Yo reconstruiré el país,
entregaré a sus dueños las propiedades destruidas.
9 Diré a los prisioneros: “Salgan a la luz.”
a lo largo del camino pastarán
y no les faltará el pasto ni en los cerros pelados.
10 No padecerán hambre ni sed,
y no estarán expuestos al viento quemante ni al sol.
Pues el que se compadece de ellos los guiará
y los llevará hasta donde están las vertientes de agua.
11 Haré caminos planos a través de las montañas.
12 Unos vienen de lejos,
otros del Norte y del Oeste,
aquellos del Sur de Egipto.
Cuando tu madre te olvide
13 ¡Cielos, griten de alegría!
¿Tierra, alégrate!
¿Cerros, salten y canten de gozo!
Porque Yavé ha consolado a su pueblo
y se ha compadecido de los afligidos.
14 Y Sión decía: “Yavé me ha abandonado
y el Señor se ha olvidado de mí.”
15 Pero, ¿puede una mujer olvidarse del niño que cría,
o dejar de querer al hijo de sus entrañas?
Pues bien, aunque se encontrara alguna que lo olvidase,
¡Yo nunca me olvidaría de ti!
16 Mira cómo te tengo grabada en la palma de mis manos.
Estoy continuamente revisando tus murallas:
17 Tus reconstructores se apuran,
mientras que tus demoledores ylos que te arruinaron se van.
18 Levanta tus ojos y mira en tu derredor:
Todos se juntan para venir a verte.
Por mi vida, dice Yavé,
que todos ellos serán como joyas que te adornarán
y que lucirás como una novia.
19 Pues tus lugares abandonados,
tus ciudades destruidas
y tu país arruinado
se harán estrechos para tantos habitantes,
mientras que tus destructores estarán ya muy lejos.
20 De nuevo te dirán al oído
tus hijos, que nunca pensabas recuperar:
“Este sitio se ha hecho chico para mí,
dame otro donde pueda levantar mi casa.”
21 “Quién me habrá dado a luz a toda esta gente?
Pues yo estaba sin hijos y no los podía tener.
¿Quién me los habrá criado?
Porque yo había quedado sola.
y éstos, ¿de dónde vienen ahora?”
22 El Señor Yavé te responde de esta manera:
Le hago señas conla mano a las naciones
y levanto mi bandera para que la vean los pueblos.
Te traerán a tus hijos en brazos
y a tus hijas sobre los hombros
23 Los reyes serán tus padres adoptivos
y sus princesas tus niñeras.
Se agacharán delante de ti hasta tocdar el suelo
y besarán el polvo de tus pies.
Tú sabrás que Yo soy Yavé;
y los que esperan en mí no quedarán desilusionados.
24 ¿Se puede quitar su parte a un soldado
o escapársele su prisionero al vencedor?
25 Sí, afirma Yavé;
le arrebatarán su prisionero al vencedor
y dejarán sin su parte al soldado.
Al que te demandó ante los tribunales,
yo le meteré pleito,
y yo mismo salvare a tus hijos.
26 A tus opresores los haré comer su propia carne,
y se emborracharán con su sangre como si fuese vino.
y todo mortal sabrá
que yo, Yavé, soy tu Salvador
y que tu Redentor es el Campeón de Jacob
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