lunes, 11 de octubre de 2010

16

¿Dónde está mi esperanza?

16
1 Job respondió diciendo:
2 “¡He oído muchas cosas como éstas!”
¡pesados consoladores son todos ustedes!
3 ¿No se acabarán tus palabras vanas?
¿Quién te ha enojado para que respondas así?
4 Yo también podría hablar como ustedes
si estuvieran en mi lugar.
Multiplicaría las palabras
y movería la cabeza por ustedes,
5 los reanimaría con discursos bonitos
hablando con toda libertad.
6 Pero cuando hablo, no se suaviza mi dolor,
y si callo, tampoco se aparta d emí.
7 Pues ahora, el envidioso ha agotado mis fuerzas
y su bando se apodera de mí.
8 Se levanta contra mí como acusador,
mi calumniador me acusa a la cara.
9 Su furor encontró a quien desgarrar y me persigue,
rechinando contra mí sus dientes.
Los ojos de mis enemigos me rodean como espadas.
10 y abren contra mí su boca.
han golpeado mis mejillas, se burlan de mí,
todos juntos me acosan.
11 Dios me entrega a los injustos
y me arroja en manos de los malvados.
12 Yo vivía tranquilo cuando comenzó a sacudirme,
me tocó por el cuello y me hizo pedazos.
13 Me ha puesto como blanco de sus tiros,
que me cercan completamente;
traspasa mis entrañas sin piedad
y derrama por el suelo mi hiel.
14 Me llena de agujeros
y se lanza contra mí como un guerrero.
15 Me he puesto un saco como traje,
y he hundido mi frente en el polvo.
16 Mi cara está colorada por el llanto
y mis párpados, ojerosos.
17 Y eso que en mis manos no hay violencia
y mi oración ha sido pura.
18 ¡Tierra, no tapes mi sangre
y que mi grito llegue a todas partes!
19 Ahora todavía, mi testigo está en los cielos,
el que habla por mí está en las alturas.
20 Mi clamor ha llegado hasta Dios
y mis lágrimas corren ante él.
21 ¿Si hubiera un árbitro entre un hombre y Dios,
como entre el hombre y su prójimo!
22 Pues son pocos los años que me quedan;
y pronto me iré por el camino sin regreso.

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