lunes, 11 de octubre de 2010

15

Otro discurso de Elifaz

15
1 Elifaz de Temán tomó la palabra y dijo:
2 “¿Responde un sabio con vanos razonamientos,
3 y se hincha con puro viento
defendiéndose con palabras inútiles
y con discursos de que no se saca provecho?
4 ¡Tú, incluso, destruyes la piedad,
ya no se puede meditar ante Dios!
5 Tus faltas te dictan tus discursos
y te pones a hablar como los astutos;
6 tu propia boca te condena, no yo,
tus propios labios te acusan.
7 ¿Eres tú el primer hombre que ha nacido?
¿Se te dio a luz antes que las colinas?
8 ¿Sabes acaso los secretos de Dios?
¿Eres dueño de toda la sabiduría?
9 ¿Qué sabes tú, que nosotros no sepamos?
¿Qué comprendes, que nosotros no comprendamos?
10 También entre nosotros hay ancianos,
y hasta nacidos antes que tu padre.
11 ¡Así que no te bastan los consuelos de Dios
y las palabras que te dicen con cariño!
12 ¿Por qué te arrebata tu furor
y por qué brillan tus ojos,
13 cuando te enojas contra Dios,
con palabras que no salen del corazón?
14 ¿Qué es el hombre y cómo sería puro?
¿Cómo puede ser justo un hombre nacido de mujer?
15 Si Dios no confía ni en sus santos
y hasta los cielos no son puros a sus ojos,
19 ¡cuánto menos ese ser abominable y corrompido,
el hombre, que bebe la maldad como el agua!
17 Te lo explicaré si me escuchas,
te contaré lo que he visto,
18 lo que enseñan los sabios,
toda la verdad que aprendieron de sus padres,
19 en el tiempo que se les dio este país,
antes que pasara ningún extranjero.
20 El malvado vive toda su vida atormentado,
y mientras se prolongan los años del opresor,
21 gritos espantosos le resuenan en los oídos.
22 En plena paz sueña con asesinos,
desespera salir de las tinieblas
y se ve cayendo bajo la espada,
23 tirado en el suelo como pasto de los buitres.
24 Sabe que se acerca el día sin luz,
ansiedad y angustia lo vienen a asaltar
como un rey pronto al asalto.
25 ¡Es que alzaba su mano contra Dios
y se atrevía a retar al Omnipotente!
26 Corría contra él, con el cuello tendido,
protegiéndose con escudo macizo,
27 pues tenía el rostro hundido en su gordura.
y sus lomos cubiertos de grasa,
28 habitaba ciudades destruidas,
casas donde ya nadie vive
porque están a punto de convertirse en ruinas.
29 No se enriquecerá y su fortuna no durará;
la sombra de su follaje no se extenderá sobre la tierra.
30 Una llama quemará sus brotes
y el viento barrerá su flor.
31 No te confíes en su talla, sabemos que es vanidad.
32 Su renuevo se marchitará antes de tiempo,
y su ramo no reverdecerá;
33 como la viña dejará caer sus racimos malos,
dejará caer como el olivo su flor.
34 Porque la raza del impío es estéril,
y el fuego quema la tienda del soborno.
35 Quien concibe del mal y da a luz injusticia,
abortará el fruto de su seno.”

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