miércoles, 1 de septiembre de 2010

8

8 1 ¿Quién es como el sabio, y quién como él aclara las cosas? La sabiduría de un hombre hace resplandecer su rostro y suaviza la seriedad de su cara.
2 Obedece la orden del rey, ya que juraste fidelidad ante Dios.
3 No te apresures en apartarte de él, no te metas en asuntos incorrectos, porque él hará todo lo que quiere. 4 La palabra del rey es soberana, quién le preguntará: ¿Qué haces? 5 “El que cumple el mandato no se meterá en situaciones difíciles; 6 el sabio reconoce los tiempos y los criterios.” Es verdad que hay para cada cosa un tiempo y un criterio. 7 Pero el hombre tiene una falla muy grande: Nadie sabe lo que sobrevendrá. ¿Quién le dirá lo que sucederá? 8 El hombre no tiene poder sobre su espíritu para retenerlo, ni puede disponer del día de su muerte. No hay tregua posible en esta guerra ni la maldad puede salvar al malo.

9 Todo esto lo comprobé al observar todo lo que se hace bajo el sol, mientras el hombre tiene tiempo para dominar a otro hombre para hacerle mal.
10 También he visto cómo acompañan a los impíos a su entierro, lejos del lugar santo, y se olvidan en la ciudad de sus fechorías. Esto también es vanidad.
11 Como la sentencia en contra de las obras malas demora en ejecutarse, los hombres siguen con deseos de hacer el mal. 12 El pecador comete cien veces el mal y sigue viviendo tal cual.
13 Pero, ¿no dicen que los que temen a Dios, serán felices porque le guardan el respeto debido y el impío, en cambio, no será feliz y su vida pasará como una sombra porque no supo respetar a Dios?
14 Hay otra cosa muy mala sobre la tierra; hay buenos que son tratados como si se portaran mal, y hay malos que son tratados como si fueran unos santos. Digo que esto también es vanidad. 15 Y viva la alegría, porque la única dicha del hombre sobre la tierra consiste en comer, beber y pasarlo bien. Esto le acompaña en su trabajo durante toda esta vida que Dios le concede bajo el sol.
16 Cuando me dediqué a la sabiduría y me apliqué a investigar la condición del hombre en esta tierra, vi que el hombre no conocerá el descanso ni de noche ni de día.
17 Al considerar la obra de Dios en su conjunto, comprobé que no se puede descubrir el sentido de lo que se hace bajo el sol, y aunque el hombre se afane mucho en buscarlo, nunca lo encontrará. Y aunque el sabio piense que lo sabe, no puede descubrirlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario