miércoles, 1 de septiembre de 2010

11

11 1 Echa tu pan al agua, a la larga lo volverás a hallar. 2 Repártelo entre siete u ocho, porque no sabes las desgracias que pueden sobrevenir.
3 Si las nubes están llenas de agua, la derraman sobre la tierra. Si un árbol cae, sea hacia el norte o hacia el sur, en el lugar donde cae quedará.
4 Quien observa el viento no siembra, y el que mira las nubes no cosecha.
5 Así como no sabes por donde entró, entró el alma en el niño que tiene la mujer en su seno, así tampoco puedes conocer la obra de Dios que todo lo dirige.
6 Siembra de mañana tu semilla y no des descanso a tus manos hasta la tarde; pues tú no sabes qué es lo que tendrá resultado, si una u otra cosa, o si ambas saldrán igualmente buenas.
Así va el hombre a su morada eterna

7 La luz es dulce y agrada ver el sol.
8 Si uno vive muchos años, que goce de todos ellos y considere que será muchos los días sombríos y que todo el porvenir no valdrá nada.
9 Joven, alégrate durante tu juventud y encuentra la felicidad, sigue tus deseos y realiza tus ambiciones, pero no olvides que por todo esto Dios te juzgará.
10 Aparta de la tristeza y aleja el sufrimiento de tu cuerpo, porque juventud y cabellos negros no durarán.

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