lunes, 9 de agosto de 2010

11

Tobías vuelve a casa de sus padres

11 1 Cuando llegaron cerca de Caserín, que está frente a Nínive, 2 Rafael dijo a Tobías: “Tú sabes en qué situación dejamos a tu padre, 3 vámonos nosotros delante para preparar la casa antes de que llegue tu esposa. 4 Lleva tú contigo la hiel.” También el perro los acompañaba y caminaba detrás de ellos.
5 Mientras tanto, Ana, que miraba el camino por el que debía volver su hijo, 6 tuvo una corazonada y dijo a su marido: “Ya viene tu hijo con el hombre que lo acompañó.”
Mientras iban de camino hacia el padre, Rafael dijo a Tobías: 7 “Tengo la seguridad que tu padre abrirá los ojos. 8 Úntale los ojos con la hiel del pez; él los frotará y caerán como escamas de sus ojos. Recobrará la vista y verá la luz.”
9 Ana se echó al cuello de su hijo, diciendo: “Por fin te he vuelto a ver hijo. ‘Ahora ya puedo morir!. 10 Y se puso a llorar. Tobit también se levantó y a tropezones, llegó a la puerta del patio. 11 Tobías corrió hacia él, llevando en la mano la hiel del pez, sopló sobre los ojos, lo abrazó yle dijo: “Padre, ten confianza.” 12 Luego, le puso el remedio y esperó; y luego con las dos manos sacó las escamas de los ojos. 13 Tobit abrazó a su hijo y llorando le dijo: “Ahora te veo, hijo mío, luz de mis ojos.” y añadió:
14 ¡Bendito sea Dios!
¡Bendito su gran Nombre!
¡Benditos todos sus ángeles!
¡Bendito sea su Nombre para siempre,
porque me castigó, pero tuvo piedad,
y ahora veo a mi hijo Tobías.

15 Tobías entró muy contento, bendiciendo al Señor. Luego contó al padre el éxito de su viaje, cómo consiguió el dinero y su matrimonio con Sara, hija de Ragüel, que venía ya cerca de las puertas de Nínive.
16 Tobit, contento y alabando a Dios, salió al encuentro de su nuera a la puerta de Nínive. Todos los que lo veían caminar sin ayuda de nadie quedaban maravillados. Tobit proclamaba delante de ellos que Dios había tenido piedad de él y lo había sanado. 17 Después se acercó a Sara y la bendijo así: “¡Bienvenida, hija! Bendito Dios que te trajo hasta nosotros, y benditos tus padres.”
18 Ese fue un día de alegría para todos los hermanos de Tobit que vivían en Nínive.
También Ajikar y Nabad, primos de Tobit llegaron y celebraron las bodas durante siete días.

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