lunes, 19 de julio de 2010

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2 1 Porque se ponen a pensar equivocadamente: “Corta y triste es nuestra vida, el hombre no tiene remedio para salvarse de la muerte y nunca se vio que alguien volviera del otro mundo.
2 Por casualidad hemos nacido, y, una vez muertos, será como si nunca hubiéramos existido. La respiración de nuestra nariz es como humo, y el pensamiento, una chispa que nace del latido de nuestro corazón. 3 Después que se apaga, el cuerpo se vuelve polvo y el espíritu se desvanece como un soplo.
4 Pasad un cierto tiempo, olvidarán nuestro nombre y nadie se acordará de nuestras obras. Nuestra vida pasa como nube ligera y desaparecerá como niebla matinal, perseguida por los rayos del sol y vencida por su calor.
5 Nuestros días pasan fugaces como una sombra, la muerte no vuelve atrás; una vez señalado por la muerte, nadie vuelve.
6 Vengan, pues y gocemos de los bienes verdaderos, usemos las criaturas con la pasión de la juventud. 7 Llenémonos de vinos exquisitos y de perfumes, y no dejemos pasa ninguna flor primaveral, 8 coronémonos de rosas antes de que se marchiten.
9 Que ninguno de nosotros falte a nuestras comilonas y dejemos en todas partes señales de nuestra alegría: ésta es nuestra suerte, no tenemos otra felicidad.
10 Oprimamos a esa gente pobre, ¿para qué sirve su religión?, con las viudas no tengamos miramientos ni perdonemos la vejez del anciano. 11 Nuestra fuerza sea la única ley, porque el que no tiene fuerza demuestra que no sirve para nada.
12 Persigamos al justo, que nos molesta y que se opone a nuestra forma de actuar, pues nos echa en cara las faltas contra la Ley y nos reprocha de no comportarnos conforme a nuestra educación.
13 Se enorgullece de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor. 14 El es un reproche a nuestra manera de pensar y hasta su sola presencia nos cae pesada. 15 Lleva una vida distinta a la de todos y es rara su conducta.
16 Para él somos gente de malos antecedentes y trata de no juntarse con nosotros, como si fuera pecado. Afirma públicamente que los justos tendrán un feliz término y se alaba de tener a Dios por Padre.
17 Comprobemos si lo que dice es verdad y veamos lo que le sucederá al final. 18 Si el justo es hijo de dios, él le ayudará y lo librará de sus enemigos.
19 Humillémoslo y atormentémoslo para conocer hasta qué punto se mantendrá firme y para probar su paciencia. 20 Condenémoslo a una muerte humillante, ya que, según él, Dios intervendrá en su favor.”
21 Así razonan, pero se equivocan: su maldad los tiene ciegos. 22 Ignoran los secretos de Dios; no esperan premios para los que llevaron una vida santa ni quieren creer que hay recompensa para las almas puras.
23 Pero Dios creó al hombre para que no pereciera, y lo hizo inmortal igual como es él. 24 Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y los que se pusieron de su lado padecerán.

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