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Los justos con Dios vivirán

3 1 Las almas de los justos están en manos de Dios, donde no los alcanzará ningún tormento.

2 Para los insensatos, ya no son más que muertos; su salida de este mundo es tenida como una desgracia, 3 y su alejamiento de entre nosotros como una calamidad; pero ellos están gozando en la paz.

4 Aunque, según piensa la gente, sufrieron muchos padecimientos, la otra vida era preparada para recibirlos.

5 Por unos pocos sacrificios recibirán una gran recompensa, pues Dios los probó y los halló dignos de él.

6 Los probó, como se prueba el oro en el horno donde se funde el metal, y los aceptó como víctimas consumidas por el fuego.

7 En el día de su visita, ellos brillarán y saltarán como chispas en un pajar encendido. 8 Gobernarán a las naciones y dominarán a los pueblos, y el Señor será su rey para siempre.

9 Los que confían en él conocerán la verdad y los que le son fieles estarán con él en el Amor, porque sus elegidos hallan en él bondad y misericordia.

10 Pero, por haber despreciado al justo y abandonado al Señor, los impíos recibirán el castigo digno de sus intenciones.

11 Sí, ¡pobres de los que desprecian la sabiduría y la disciplina!, su esperanza es vana, sus afanes son inútiles y sus obras sin proyecto; 12 sus mujeres son alocadas, sus hijos malvados, y maldita será su descendencia.

Una vida verdaderamente fecunda

13 Feliz la mujer que, no pudiendo tener familia, permaneció pura y no conoció las uniones culpables; cuando llegue el juicio de las almas, se comprobará que fue fecunda.

14 Feliz también el hombre impotente cuya manos no obraron el mal y que no alimentó pensamientos perversos contra el Señor; por su fidelidad recibirá un premio especial; tendrá una suerte muy deseable en el Santuario del Señor.

15 Porque las buenas obras producen algo espléndido, y la sabiduría es un árbol que siempre da frutos.

16 Pero los hijos de los adúlteros no tendrán éxito, la raza nacida de relaciones culpables desaparecerá, 17 y hará caso de ellos; 18 y, si mueren pronto, no les queda esperanza, ni pueden consolarse pensando en el día del Juicio.

19 Verdaderamente, el destino de una raza culpable es cruel.