martes, 17 de abril de 2012

19

Destrucción de Sodoma

n 19 1 Los dos ángeles llegaron a Sodoma al atardecer. Lot estaba sentado a la entrada del pueblo. Apenas los vio, salió a su encuentro y se arrodilló inclinándose profundamente. 2 Y dijo: “Sírvanse pasar a mi casa, para alojar y descansar. Mañana al amanecer, segurán su camino.” Ellos le respondieron: “No, pasaremos la noche en la plaza.” Pero Lot insistió tanto que lo siguieron a su casa, donde les preparó un banquete. 5 Hizo panes sin levadura y ellos comieron. 4 Pero antes de que ellos se acostaran, los hombres de Sodoma, sin excepción, jóvenes y ancianos, rodearon la casa. 5 Llamaron a Lot y le dijeron: “¿Dónde están esos hombres que llegaron a tu casa anoche? Echalos para fuera, para que abusemos de ellos.”
6 Lot salió de la casa, cerrando la puerta detrás de sí, 7 y les dijo: “Les ruego, hermanos míos, que no cometan tal maldad. 8 Oigan, tengo aquí dos hijas que todavía son vírgenes. Se las voy a traer para que ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero dejen tranquilos a estos hombres que han confiado en mi hospitalidad.” 9  Pero ellos le respondieron: “Quítate de ahí. Has venido como forastero y ya quieres actuar como juez. Ahora te trataremos a ti peor que a ellos.” Lo empujaron violentamente y se disponían a romper la puerta. 10 Pero los dos hombres desde adentro estiraron los brazos, lo entraron y cerraron la puerta. 11 A los hombres que estaban en la puerta los hirieron de ceguera desde el más joven hasta el más anciano, y no pudieron encontrar la puerta.
12 Los hombres dijeron a Lot: “¿A quién más de los tuyos tienes aquí? ¿Un yerno? Tienes que salir de aquí con tus hijos e hijas y todo lo que te pertenece en este lugar. 15 Nosotros vamos a destruir esta ciudad, pues son enormes las quejas en  su contra que han llegado hasta Yavé, y él nos ha enviado a destruirla.” 14 Salió entonces Lot y habló a los que iban a casarse con sus hijas: “Levántense, y salgan de este lugar porque Yavé va a destruirlo.” Pero ellos creían que Lot estaba bromeando. 15 Al amanecer los ángeles apuraron a Lot diciéndole: “Levántate, toma a tu esposa y a tus dos hijas, no sea que te alcance el castigo de la ciudad.” 16 Como él vacilaba, lo tomaron de la mano, junto a su mujer y a sus dos hijas, porque Yavé había tenido compasión de ellos. Los sacaron y los llevaron fuera de la ciudad.
17 Una vez fuera dijeron:”Ponte a salvo. Por tu vida no mires hacia atrás ni te detengas en parte alguna de esta llanura, sino que huye a la montaña para que no perezcas.”

18 Lot le respondió: “¡Oh, no, Señor mío! 19 veo que me he ganado tu confianza y que tú te has portado muy bueno conservándome la vida, pero yo no puedo escaparme a la monaña sin que me alcance el daño y la muerte. 20 Mira esa ciudad que está tan cerca para refugiarse en ella y que es tan poca cosa, permite, pues, que me pueda salvar allá abajo, ya que es tan insginificante, y así conservar mi vida.” 21 Y el mensajero respondió: “Aun esto te lo concedo. No destruiré el pueblo del que has hablado. 22 Huye entonces rápidamente, ya que no puedo hacer nada mientras tú no hayas llegado allá.” (Por esto, aquel pueblo fue llamado Soar, o sea, “Pueblo Chico.”)

23 Amanecía ya cuando Lot entró en Soar. 24 Entonces Yavé hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego proveniente de Yavé de los cielos. 25 Y así destruyó estas ciudades con toda la llanura, con sus habitantes y vegetación.

Varias leyendas

n 26 Pero la mujer de Lot miró hacia atrás y quedó convertida en estatua de sal.
37 Abraham se levantó muy de madrugada para ir al lugar donde antes había estado con Yavé. 38 Allí se puso a mirar hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la comarca vecina, y vio que subía una humareda de la tierra, como la humareda de un horno.
39 Cuando Dios destruó las ciudades de Sodoma y Gomorra se acordó de Abraham y libró a Lot de la catástrofe mientras arrasaba las ciudades donde Lot había vivido.
30 Lot salió de Soar con sus dos hijas porque no se sentía seguro ahí, y se fue al monte a vivir en una cueva. 31 Entonces dijo la hija mayor a la menor: “Nuestro padre está viejo y no ha quedado ni un hombre siquiera en esta región que pueda unirse a nosotros como se hace en todo el mundo. 33 Ven y embriaguémoslo con vino y acostémonos con él, así sobrevivirá la familia de nuestro padre.” 33 Y así lo hicieron aquella misma noche, y la mayor se acostó con supadre sin que él se dier cuenta, ni cuando se acostó ni cuando se levantó.
34 Al día siguiente dijo la mayor a la menor: “Ya sabes que me acosté anoche con mi padre . Hagámosle beber vino otra vez esta noche y te acuestas tú con él, para que tenga descendientes.” 35 Lo hicieron del mismo modo aquella noche, y la hija menor se acostó con él, sin que se diera cuenta, ni cuando se acostó ni cuando se levantó. 36 Las dos hijas quedaron embarazadas de su padre. 37 La mayor dio a luz un hijo lo llamó Moab, éste es el padre de los moabitas que todavía existen. 38 La menor también dio a luz un hijo y lo llamó Ben-Ammí: es el padre de los actuales amonitas.

n El salar del Mar muerto y las ruinas de dos ciudades destruidas por terremotos, Sodoma y Gomorra, proporcionaron tal vez una ocasión para reflexionar. No olvidemos que en ese tiempo los hombres veían castigos de Dios en las catástrofes, y su bendición en la prosperidad. De ahí nació el presente relato, como una manera de enseñar algunas verdades:
- el respeto a los huéspedes que hay que acoger siempre como ángeles de Dios.
- el horror a la homosexualidad.
Sodoma y Gomorra quedarán en la historia sagrada como hombres trágicos, pruebas de que uno no debe burlarse de los juicios de Dios o tomarlos a la ligera. Los profetas recordarán esta catástrofe al amenazar a los que se niegan a convertirse (ver Isaías  1,9; ez 16,49), y también Jesús en el Evangelio )Mt 10,15; Lc 17,29)

El presente relato no olvida subrayar, en la persona de Lot, que Dios nunca olvida ni a uno siquiera de sus hijos, aunque se hallen aislados en medio de los malos.

La respuesta de Lot v.8) nos parece increíble. Corresponde, sin embargo, a las ideas de aquel tiempo. A las mujeres no se las consideraba como personas humanas. Parecía normal sacrificar a una hija para salvar a un amigo. Ver algo muy parecido en Jueces 19.

n No olvidemos que ésas so tradiciones legandarias del pueblo israelita, con las que trataba de explicar el origen de los diversos pueblos y su relación conellos. Ya que un odio secular separaba a los israelitas de los amonias y moabitas, la presente explicación no estaba destinada a elogiarlos.


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