martes, 19 de julio de 2011

3

3 1 Pues el señor Yavé se presenta
para dejar a Jerusalén y a Judá
sin ninguna clase de recursos:
2 sin valiente ni soldado,
sin juez ni profeta;
sin adivino ni anciano,
3 sin capitán, sin noble,
sin consejero, ni hechicero ni mago.
4 “Les pondré como jefes a unos chiquillos para que los manden.”
5 Entre la gente del pueblo, se molestarán entre sí,
o unos vecinos con otros;
el joven le pegará al viejo
y el pobre al rico;
6 y cada cual tomará a su hermano
en la casa de su padre, diciéndole:
“Tú tienes una manta,
¿por qué no acpetas ser nuestro jefe
y nos sacas así de esta ruina?”
7 A lo que el otro responderá, entonces:
“Yo no soy ningún médico,
ni tengo en mi casa pan ni manta,
no quiero que me pongan como jefe del pueblo.”
8 Así Jerusalén se vendrá abajo, y se hundirá Judá, pues han atacado a Yavé con palabras y hechos insultando su honra.

Pobre del mundo, porque le irá mal

9 Su rostro descarado los denuncia y, como Sodoma, muestran sus pecados. Para su desgracia, ni se esconden, y con eso preparan su propia ruina.

10 Digan: “Feliz el justo, pues comerá el fruto de sus obras”; pero: “Pobre del malo, porque le irá mal, ya que será tratado según las obras de sus manos.”

11 ¡Oh, pueblo mío!, sus opresores lo mandan y sus prestamistas lo dominan. 12 ¡Oh, pueblo mío!, tus dirigentes te hacen equivocarte y echan a perder el camino que sigues.

13 Yavé se instala en su tribunal, y se ponde de pie para juzgar a su pueblo. 14 Yavé ha demandado ante la justicia a los ancianos y a los jefes de su pueblo:
“Ustedes son los que han devorado los frutos de la viña, en sus casas están los despojos del pobre. 15 ¿Con qué derecho oprimen a mi pueblo o pisotean a los pobres?”; dice el Señor Yavé de los Ejércitos.

Muy orgullosas andan

16 Dice: Yavé: "Muy orgullosas andan las damas de Sión,
con el cuello estirado y la mirada provocativa,
y caminan a pasitos cortos
haciendo sonar las pulseras de sus pies."

17 Por eso el Señor llenará de sarna la cabeza de las damas de Sión,
y quedarán peladas.

18 Aquel día, el Señor arrancará los adornos,
pulseras para los tobillos, cintas y lunetas,
19 pendientes, brazaletes,
20 velos, sombreros, cadenillas de pie,
cinturones, frascos de perfume y amuletos,
21 sortijas, aros de nariz,
22 vestidos preciosos, mantos, chales y bolsos,
23 espejos, lienzos finos, turbantes y mantillas.

24 Aquel día, en lugar de perfumes habrá podredumbre,
en lugar de cinturón, una cuerda,
en lugar de cabello trenzado, cabeza rapada,
en lugar de vestidos lujosos, un saco;
en lugar de belleza, una marcha hecha con un hierro al rojo.

Temporal sobre Samaria

25 Tus hombres caerán bajo la espada,
y tus reos en la batalla.
hasta las puertas se quejarán y guardarán luto,
y tú te sentarás sola, en el suelo.

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