martes, 19 de julio de 2011

2

Dios promete una era de paz

2 1 Isaías, hijo de Amós, tuvo esta visión acerca de Judá y de Jerusalén.

2 En el futuro,el cerro de la casa de Yavé será puesto sobre los altos montes
y dominará los lugares más elevados.

3 Irán a verlo todas las naciones
y subirán hacia él muchos pueblos, diciendo:

“Vengan, subamos al cerro de Yavé,
a la Casa del Dios de Jacob,
para que nos enseñe sus caminos
y caminemos por sus sendas.
porque la Enseñanza irradia de Sión,
de Jerusalén sale la palabra de Yavé.”

4 El Señor gobernará a las naciones
y enderezará a la humanidad.
Harán arados de sus espadas
y sacarán hoces de sus lanzas.
Una nación no leantará la espada contra otra,
y no se adiestrarán para la guerra.

5 ¡Pueblo mío, ven: caminemos a la luz de Yavé!

Escóndete en el polvo

6 Yavé, has rechazado a tu pueblo, a los hijos de Jacob,
porque su país está lleno de adivinos
y de magos, como los hay entre los paganos,
y se ven numerosos extranjeros.

7 Su país está lleno de oro y plata
y sus tesoros son innumerable.
8 Su país está lleno de caballos
y sus carros de guerra son numerosos.

Su país está lleno de ídolos:
pues se inclinan ante la obra de sus manos,
ante la figura que modelaron sus dedos.

9 El hombre será humillado, el mortal abatido.
¡No se lo perdones!

10 Métete entre las rocas,
escóndete en el polvo,
para no ver la cara de Yavé, que da miedo
o que brilla majestuosa,
cuando él aparezca, para hacer temblar la tierra.

11 El hombre bajará sus ojos orgullosos
Y su soberbia se irá al suelo:
Sólo Yavé será exaltado aquel día.

12 Ese día humillará Yavé de los Ejércitos
a todo el que se crea o que se eleve
o que se presume ser más que los otros.

13 Pedirá cuentas a los altos cedros del Líbano
y a las encinas de Basán,
14 a los cerros altos y las lomas orgullosas,
15 a las torres altas y las murallas fortificadas,
16 a las naves mercantes y sus mercaderías preciosas.

El orgullo del hombre será doblegado,
y la soberbia humana, humillada.
17 Sólo Yavé será exaltado, aquel día,
18 y todos los ídolos desaparecerán;
19 mientras ellos se meterán entre las rocas,
en los huecos de la tierra,
para no ver la cara de Yavé, que da miedo
o que brilla majestuosa,
cuando él aparezca para hacer temblar la tierra.

20 Ese día, el hombre tirará a los ratones
y a los murciélagos,
los ídolos que se había hecho para adorarlos,
21 y se esconderá en las aberturas de las rocas
y detrás de las piedras,
para no ver la cara de Yavé, que da miedo,
o que brilla majestuosa,
cuando él aparezca para hacer temblar la tierra.

22 No confíen más en el hombre,
que sólo tiene un soplo de vida en sus narices:
¿para qué estimarlo tanto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario