jueves, 31 de marzo de 2011

12

El gesto del inmigrante

Ezequiel 12 1 Una palabra de Yavé me llegó: 2 “Hijo de hombre, tú vives entre rebeldes. Tienen ojos para ver y no ven; oídos para oír y no oyen; son un pueblo de rebeldes. 3 Por eso, ¡escucha! Hazte un bulto como de desterrado, y sa de tu lugar como desterrado, en pleno día y ante ellos, a otra localidad. Tal vez comprenderán que son un pueblo de rebeldes.
4 De día y a su vista, te llevarás tus cosas como un equipaje de desterrado. 5 Ante sus ojos, abre un hoy en la pared y sal, por ahí. 6 Echate tus cosas al hombro y sal en medio de la oscuridad. Y además cúbrete la cara para que no puedas ver la tierra. Todo esto, que te mando hacer, será un signo y un ejemplo para la gente de Israel.”
7 Hice todo como se me ordenó. Saqué de día mi equipaje, por la tarde hice con mis manos el hoy en la pared y salí ante ellos en la oscuridad, con mis cosas al hombro.
8 A la mañana me llegó una palabra de Yavé: 9 “Hijo de hombre, ¿no te preguntó la gente de Israel, esa gente rebelde, que estás haciendo? 10 Diles: Así dice Yavé: esta profecía se refiere al jefe que está en Jerusalén, y a todos los que viven en ella.
11 Di: Yo soy una señal para ustedes; tal como yo hice, así se hará con ustedes e irán al destierro. 12 Y el jefe cargará con su equipo a la espalda y saldrá en la oscuridad. Perforarán la muralla para que pueda salir, y se tapará la cara para no ver su tierra.
13 Pero yo tenderé mis redes y en ellas quedará preso. Lo llevaré a Babilonia a la tierra de los caldeos, pero él no la verá y morirá en ella.
14 Esparciré a todos los vientos a su séquito, a su guardia y a sus servidores, y los perseguiré entre los pueblos y esparcido entre las naciones. 16 Sin embargo, libraré de la espada, del hambre y de la peste a a lgunos pocos para que cuenten a las naciones, adonde irán, todas las maldades que habían hecho, y reconozcan que yo soy el Señor Yavé.”

17 Yavé agregó: 18 “Come tu pan con temor y bebe agua con estremecimiento y angustia. 19 Di al pueblo: Así habla Yavé a los habitantes de Jerusalén que están todavía en la tierra de Israel. Comerán su pan con temor, y beberán su agua con angustia, porque esta tierra será devastada y despojada de todo lo que produce, 20 a causa de la impiedad de todos sus habitantes. Las ciudades populosas quedarán desiertas, y la tierra será desolada, y sabrán que yo soy Yavé.”

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