lunes, 13 de diciembre de 2010

3

3 1 Yavé me dijo: “Vuelve a querer de nuevo a tu mujer que te ha engañado con otro, así como Yavé ama a los hijos de Israel a pesar de que lo han dejado por otros dioses y que les ofrecen tortas de pasas.”
2 Recuperé, pues, a mi esposa, pagando por ella quince monedas de plata y una carga y media de cebada. 5 Y le dije: “ Te quedarás aquí conmigo por un buen tiempo, sin ofrecerte a nadie y sin traicionarme con ningún hombre. Y yo me portaré igual contigo.”
4 Porque también por muchos días los hijos de Israel, quedarán sin rey, sin jefe, sin sacrificios, sin piedras sagradas, sin consultas a Yavé, sin ídolos para proteger la casa
5 Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios.

2 1 Y los hijos de Israel serán tan numerosos como la arena del mar, que no pueden contarse ni medirse. Entonces, en vez de decirles: “Ustedes no son mi pueblo”, les dirán: 2 “Ustedes son los hijos del Dios vivo.” Se reunirán los hijos de Judá y los de Israel bajo un solo gobierno y se extenderán por todo el mundo; porque ese día será un día extraordinario para Jezrael. 3 Ustedes llamarán a sus hermanos: Mi pueblo, y sus hermanas: Amada.

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