sábado, 13 de noviembre de 2010

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4 1 Al final de los tiempos, sucederá que el cerro de la Casa de Yavé será tenido por la más alta montaña y sobrepasará a todos los cerros. 2 Acudirán a él, entonces, los pueblos y las naciones en gran número. Se animarán a ir unas a otras, diciendo: “Vengan, subamos al cerro de Yavé, al Templo del Dios de Jacob, para que él nos indique el buen camino y podamos nosotros seguirlo, pues de Sión viene la Enseñanza, y de Jerusalén la Palabra de Yavé.”
3 Gobernará a inmensos pueblos y dictará su sentencia a poderosas naciones. Transformarán sus espadas en arados, y sus lanzas en hechonas. Ya no se levantará más en armas una nación contra otra ni se entrenarán más para la guerra. 4 Cada uno podrá permanecer sentado bajo su parrón o su higuera sin que nadie lo moleste; pues así lo dice el señor.
5 Mientras todos los pueblos caminan cada uno en nombre de sus dioses, nosotros caminamos en el Nombre de Yavé, nuestro Dios, por siempre jamás.
6 Ese día, lo asegura Yavé, recogeré a la oveja coja y llevaré al corral a la perdida, y a la que había maltratado. 7 De las cojas elegiré un grupo para mí y haré de las extraviadas una nación poderosa. Yavé gobernará como rey desde el monte Sión, ahora y para siempre. 8 Y tú Sión, torre de donde se vigila el rebaño, y donde residía el rey, recuperarás la antigua soberanía, la autoridad real sobre todo Israel.
9 ¿Por qué ahora gritas de esa manera? ¿Te quedaste sin rey o desaparecieron tus ministros para que te quejes de dolor como mujer que da a luz? 10 Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad, para vivir en despoblado. Llegaría hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos.
11 Naciones numerosas se reúnen ahora para atacarte, diciendo: “Profanémosla y gocemos mirando su derrota.” 12 Pero ellos no saben lo que piensa Yavé y no comprenden sus designios, pues él los ha juntado como a las gavillas de su era. 13 ¡Levántate y aplástalos con tus pies, hija de Sión, porque te pondré cuernos de hierro, y pezuñas de bronce para que tritures a muchos pueblos! Entonces consagrarás tus tesoros a Yavé, y tus riquezas al Señor del mundo entero.
14 Ahora prepárate para el ataque, Fortaleza, pues nos rodean con trincheras y le dan un varillazo en la cara al que gobierna a Israel.

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