viernes, 5 de noviembre de 2010

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Contra los que sólo atienden a su casa

1 1 En el segundo año del reinado de Darío, el primer día del sexto mes, la palabra de Yavé fue dirigida por intermedio del profeta Ageo a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judá, y a Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote: 2 Así habla Yavé de los Ejércitos: 3 Ustedes andan diciendo que todavía no ha llegado el momento de reconstruir la Casa de Yavé. Pues bien, oigan lo que les voy a decir, por medio del profeta Ageo: 5 Cómo es posible que ustedes se queden en sus casas bien construidas, mientras esta Casa es un montón de escombros? Piensen bien las consecuencias de su actitud: 6 Ustedes han sembrado mucho, pero han cosechado poco; han comido, han bebido, pero han seguido con sed; se han vestido, pero siguen con frío. Y el obrero pone el dinero que ha ganado en un bolsillo roto.
7 Piensen en lo que hacen: 8 Vayan al monte a buscar madera y reconstruyan la casa. Con eso yo estaré feliz y me sentiré muy honrado a la vez, dice Yavé. 9 Ustedes esperaban mucho y lo que resultó es muy poco. Yo he soplado lo que ustedes habían amontonado. ¿Por qué? Porque mi Casa está en ruinas, mientras ustedes sólo piensan en arreglar la suya. 10 Por esto, los cielos han retenido la lluvia y la tierra no ha producido nada. 11 Yo mandé la sequía a la tierra y a las montañas, al trigo y a las viñas, al aceite y cuanto produce el suelo, a los hombres y a los animales y a todo lo que se logra con el trabajo humano.”

12 Ahora bien, Zorobabel, hijo de Sealtiel, Josué, hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el pueblo, al oír estas palabras del profeta Ageo, a quien Yavé había encomendado que les hablara, hicieron caso a lo que les comunicaba Yavé y el pueblo se llenó de respeto a Dios.
13 Enseguida, Ageo, el mensajero de Yavé, usando de las facultades que ese cargo le confiaba, dijo al pueblo: “En nombre de Yavé les declaro: Yo estoy con ustedes.” 14 Entonces Yavé tocó el corazón de Zorobabel, de Josué y de todo el pueblo, quienes empezaron la reconstrucción de la Casa de Yavé de los Ejércitos, su Dios, el veinticuatro del sexto mes.

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