lunes, 6 de septiembre de 2010

17

17 1 Más vale un bocado de pan seco en paz, que en la discordia una casa llena de banquetes.
2 Un sirviente inteligente ganará al hijo de su patrón, si éste es tonto, y compartirá la herencia con los hermanos.
3 Hay crisol para la plata y horno para el oro, pero Yavé es el que prueba los corazones.
4 El que maquina el mal está atento a los labios mentirosos; al revés, el mentiroso da oídos a la lengua perversa.
5 El que hace burla del pobre ofende a su Creador; el que se ríe de un desdichado no quedará impune.
6 Los hijos de sus hijos son corona de los ancianos, el padre es honor de sus hijos.
7 Un lenguaje culto no cae bien al insensato, y menos aún palabras mentirosas al príncipe. 8 Un regalo es un tesoro para el que lo da, a dondequiera que vaya tendrá éxito.

9 Quien echa un velo sobre una falta, cultiva la amistad, quien la da a conocer divide a los amigos.
10 Un reproche produce más impresión al hombre sensato que cien golpes a un tonto.
11 El malvado sólo busca rebelarse, pero contra él se enviará un cruel mensajero.
12 Es preferible toparse con una osa a la que han robado sus crías, que con un insensato en su delirio.
13 El que devuelve mal por bien, no se alejará la desgracia de su casa.
14 Comenzar un pleito es como abrir una represa; retírate, antes de que se acalore la discusión.
15 Perdonar al culpable y condenar al justo: dos cosas horribles ante Yavé.
16 ¿De qué sirve el dinero en manos de un tonto? ¿Para comprar la sabiduría? Pues no tiene inteligencia.
17 El amigo es el que quiere en todo tiempo; los hermanos nos fueron dados con miras al tiempo malo.
18 Es corto de alcance, el que se llena de compromisos, el que sale de fiador de su prójimo.
19 Ama el pecado quien ama las peleas, el que emplea un tono altanero labra su ruina.
20 El corazón tortuoso no hallará la felicidad, la lengua solapada cae en desgracia.

21 El que engendra un tonto, engendra su desdicha, no hay alegría para el padre de un torpe.
22 Un corazón alegre prepara la sanación, un espíritu deprimido reseca los huesos.
23 El hombre corrompido acepta regalos a escondidas para torcer la justicia.
24 El hombre sensato tiene la sabiduría ante sus ojos; las miradas del torpe están en los extremos del mundo.
25 Un hijo insensato es angustia para su padre y amargura para quien lo dio a luz.
26 No es bueno imponer multas al justo; no está permitido golpear a los de noble corazón.
27 El que es prudente en sus palabras posee la sabiduría, y el de espíritu reservado es un hombre inteligente.
28 Si calla, hasta el insensato pasa por sabio; pasa por razonable, mientras no despegue los labios.

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