miércoles, 14 de julio de 2010

7

7 1 No hagas el mal, y el mal no caerá sobre ti. 2 Apártate del injusto, y él se apartará de ti.
3 Hijo mío, no siembre en surcos de injusticia, que puedes cosechar siete veces más.
4 No pidas el poder al Señor; ni a tu rey un puesto elevado.
5 No te hagas el justo delante del señor, ni el sabio ante un rey.
6 No ambiciones un puesto de responsabilidad, tal vez no seas capaz de luchar contra las injusticias o te dejes influir por el poderoso hasta desviarte de la rectitud.
7 No ofendas a la asamblea de la ciudad ni te rebajes a ti mismo ante el pueblo.
8 No cometas dos veces un pecado, pues uno basta para atraerte el castigo.
9 No digas: “Dios tomará en cuenta la multitud de mis dones, y cuando los ofrezca al Dios altísimo, los aceptará.” 10 Ora con ánimo firme y no descuides el dar limosna.
11 No desprecies al hombre que pasa malos ratos, acuérdate de que existe Alguien que humilla y también ensalza.
12 No mientas contra tu hermano, ni lo hagas tampoco con tu amigo.
13 Aléjate de toda mentira, pues eso no conduce a nada bueno.
14 No seas hablador en el consejo de los dirigentes, ni multipliques las palabras en tu plegaria.
15 No rechaces el trabajo penoso nila labor del campo que creó el Altísimo
16 No te incluyas en el grupo de los pecadores. Recuerda que el castigo vendrá pronto.
17 Mantente humilde, que el impío será castigado con fuego y gusanos.
18 No cambies un amigo por dinero, ni un hombre verdadero por el oro de Ofir.
19 No maltrates al criado que trabaja a conciencia ni al jornalero empeñoso; 21 ama al criado inteligente y déjalo actuar libremente.
22 ¿Tienes rebaños? Cuídalos, y si te dan ganancia, consérvalos.
23 ¿Tienes hijos? Edúcalos desde su juventud, doblégalos.
24 ¿Tienes hijas? Cuida su virginidad y no te muestres risueño ante ellas.
25 Si casas a tu hija habrás logrado algo importante, pero dala a un hombre inteligente.
26 ¿Tienes una mujer que te quiere? No la eches. Pero no confíes en la que no puedes amar.
27 Honra a tu padre con todo tu corazón, y no olvides los dolores de tu madre.
28 Recuerda que por ellos naciste. ¿Cómo les pagarás lo que hicieron ellos contigo?
29 Reverencia al Señor con toda tu alma y respeta a tus sacerdotes.
30 Ama a tu Creador con todas tus fuerzas y no abandones a sus ministros.
31 Teme al Señor y honra al sacerdote.
Dale la parte que te ha sido mandada: las primeras cosechas, el sacrificio por el pecado, los lomos de las víctimas, las ofendas santas y las primicias de las cosas sagradas.
32 Que todos reciban los favores de tu generosidad, incluso los muertos.
34 No faltes a los que lloran y aflígete con los afligidos.
35 No olvides de visitar al enfermo. Estos son los gestos que te merecerán cariño.
36 Cualquier cosa que hagas, acuérdate de tu fin y nunca pecarás.

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