lunes, 5 de julio de 2010

30

Instruye a tu hijo

30 1 El que ama a su hijo acostumbrará darle sus palmadas, más tarde ese hijo será su consuelo. 2 Quien educa a su hijo, sacará provecho y se mostrará orgulloso de él entre sus conocidos. 3 El que instruye a su hijo pondrá celoso a su enemigo y se sentirá feliz ante sus amigos.
4 Si un padre llega a morir, es como si no hubiera muerto, porque deja tras sí a un hombre que se le parece. 5 Cuando vivía, al verlo se regocijaba, al morir no se siente apenado.
6 Deja a los suyos un defensor frente a los enemigos y quien devuelva los favores a sus amigos.
7 El que mima a su hijo deberá curar sus heridas, a cada uno de sus gritos se le conmoverán las entrañas.
8 Un caballo chúcaro no se puede montar, un hijo abandonado a sus caprichos se vuelve un insolente.
9 Regalonea a tu hijo y te hará temblar, juega con él y te hará llorar.
10 No te rías con él si no quieres llorar por él y acabar, al fin, rechinando los dientes. 11 No les largona en su juventud y no cierres los ojos frente a sus caprichos. 12 Azótale el espinazo mientras es niño, no sea que se rebele y ya no te obedezca.
13 Educa a tu hijo y fórmalo bien para no tener que sufrir por su mala conducta.
14 Más vale un pobre sano y vigoroso que un rico enfermizo.
15 La salud y el vigor valen más que todo el oro del mundo, y un cuerpo robusto más que una inmensa fortuna.
16 No hay riqueza preferible a la salud, ni bienestar superior a la alegría del corazón.
17 Es preferible la muerte a una vida triste, y el eterno descanso a una enfermedad crónica.
18 Como comida abundante frente a una boca cerrada, así son las ofrendas delante de un ídolo.
19 ¿De qué sirve la ofrenda al ídolo, que no come ni siente olores? Así es el que el Señor persigue mira y suspira. 20 Es como el eunuco que abraza a una joven y suspira.
21 No te dejes dominar por la tristeza, ni te abandones a tus preocupaciones.
22 La alegría del corazón es vida para hombre, el gozo del hombre alarga sus días.
23 Ama tu vida, consuela tu corazón, destierra la tristeza porque la tristeza ha perdido a muchos y no puede traer ventajas.
24 La envidia y la ira acortan la vida, las preocupaciones hacen envejecer antes de tiempo.
25 El corazón alegre da buen apetito y aprovecha de lo que come.

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