Temer a Dios en las pruebas
2 1 Hijo, si te has decidido por servir al Señor, prepárate para la prueba. 2 Camina con conciencia recta y mantente firme; y en tiempo de adversidad no te inquietes.
3 Apégate al Señor y no te alejes, para que tengas éxito en tus últimos días. 4 Todo lo que te suceda, acéptalo y, cuando te toquen las humillaciones, sé paciente. 5 Porque se purifica el oro en el fuego, y los que siguen al Señor, en el horno de la humillación. 6 Confía en él: El te cuidará; sigue la senda recta y espera en él.
7 Los que temen al Señor, esperan su misericordia y no se desvíen, no sea que caigan. 8 Los que temen al Señor, tengan confianza en él y no les faltará su recompensa. 9 Los que temen al señor, esperen todo lo bueno; esperen alegría eterna y misericordia.
10 Recuerden lo sucedido a sus antepasados ¿Quién confió en el Señor y fue defraudado? ¿Quién perseveró en su temor y quedó abandonado? ¿Quién lo llamó y no fue escuchado?
11 El Señor es compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en el día de angustia.
12 ¡Pobres de los corazones débiles y de las manos flojas, y del pecador que vacila entre dos caminos!
13 ¡Pobre del corazón desganado, que no tiene confianza! Por eso no será amparado. 14 ¡Pobres de ustedes que han dejado su esperanza! ¿Qué harán cuando el Señor los viste?
15 Los que temen al Señor no desobedecen sus mandatos y los que lo aman observan sus normas.
16 Los que temen al Señor buscan complacerlo, y los que lo aman se llenan de su Ley.
17 Los que temen al Señor tienen su corazón preparado y, en su presencia se humillan, diciendo: 18 “Abandonémonos en las manos del Señor, y no en las manos del Señor, y no en las de los hombres; porque, como es su grandes, así es su misericordia.”
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