Oración del afligido.
2 Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu enojo.
3 Misericordia, Señor, que desfallezco. Sáname tú, porque el temor ha carcomido mis huesos.
4 Aquí me tienes sumamente perturbado. Y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
5 Señor, vuélvete a mí, libra mi alma y sálvame por tu gran compasión.
6 Porque después de muerto nadie te recuerda, en el lugar oscuro nadie te alaba.
7 De tanto gemir, estoy agotado, de noche en mi cama lloro y mis lágrimas corren por el suelo.
8 Mis ojos se consumen de tristeza, envejezco al ver tantos enemigos.
9 Apártense de mí los malvados, porque el Señor ha oído mi llanto.
10 El Señor ha escuchado mi plegaria y ha aceptado mi oración.
11 Que todos mis adversarios se avergüencen y se asusten, y de repente retrocedan aterrados.
2 Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu enojo.
3 Misericordia, Señor, que desfallezco. Sáname tú, porque el temor ha carcomido mis huesos.
4 Aquí me tienes sumamente perturbado. Y tú, Señor, ¿hasta cuándo?
5 Señor, vuélvete a mí, libra mi alma y sálvame por tu gran compasión.
6 Porque después de muerto nadie te recuerda, en el lugar oscuro nadie te alaba.
7 De tanto gemir, estoy agotado, de noche en mi cama lloro y mis lágrimas corren por el suelo.
8 Mis ojos se consumen de tristeza, envejezco al ver tantos enemigos.
9 Apártense de mí los malvados, porque el Señor ha oído mi llanto.
10 El Señor ha escuchado mi plegaria y ha aceptado mi oración.
11 Que todos mis adversarios se avergüencen y se asusten, y de repente retrocedan aterrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario