jueves, 24 de junio de 2010

46 (45)

Dios está con nosotros. “Un río con sus brazos regocija a la ciudad de Dios.” A los trastornos expresados en forma figurada en la primera estrofa, el salmista opone una visión de tranquilidad, la de la Ciudad Santa, Jerusalén, la Iglesia.

2 Dios es nuestro refugio y fortaleza,
un socorro oportuno en nuestra angustia.

3 Por eso, si hay temblor, no temeremos,
o si al fondo del mar caen los montes;
aunque sus aguas hiervan y se agiten
y los montes, a su ímpetu, retiemblen.

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