jueves, 24 de junio de 2010

42 (41)

¿Cuándo iré a contemplar el rostro del Señor?.- El hombre tiene en lo más profundo de sí mismo un afán de verdad, felicidad, justicia y amor. Todo eso ha venido a nosotros, ha tomado un rostro humano y lo conserva para siempre; es Jesús, Hijo de Dios y de María.

2 Como anhela la cierva
estar junto al arroyo,
así mi alma desea,
Señor, estar contigo.

3 Sediento estoy de Dios,
del Dios que me da vida,
¿cuándo iré a contemplar
el rostro del señor?

4 Lágrimas son mi pan
durante noche y día,
cuando oigo que me dicen:
¿Dónde quedó tu Dios?

5 Yo me acuerdo, y mi alma
dentro de mí se muere
por ir hasta tu templo,
a tu casa, mi Dios,
entre vivas y cantos
de la turba feliz.

6 ¿Qué te abate, alma mía?
¿Por qué gimes en mí?
Pon tu confianza en Dios,
que aún le cantaré
a mi Dios salvador.

7 Mi alma está deprimida:
por eso te recuerdo,
desde tierras jordanas,
desde el monte de Hermón,
¡oh mi humilde montaña!,
en las horas del día.

8 El eco de tus cascadas
resuena en los abismos,
las rompientes de tus olas
me pasaron a llevar.

9 Quiera Dios dar su gracia
en la hora del día;
yo cantaré de noche
al Dios que me da vida.

10 A Dios, mi Roca,le hablo:
¿Por qué me has olvidado?
¿Por qué debo andar triste,
cuando el rival me abruma?

11 Mis contrarios me insultan
y se quiebran mis huesos
al oír que me dicen:
“¿Dónde quedó tu Dios?”

12 ¿Qué te abate, alma mía,
por qué gimes en mí?
pon tu confianza en Dios,
que aún le cantaré
a mi Dios salvador.

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