miércoles, 2 de junio de 2010

138 (137)

1 Te doy gracias, Señor, con toda mi alma, - porque cuando te hablaba me escuchaste;
2 delante de los ángeles te canto – y ante tu templo santo me arrodillo.
Te agradezco tu amor y lealtad, - pues mayor que tu fama es tu promesa.
3 El día en que clamé, tú me escuchaste – y le infundiste a mi alma más valor.
4 Te alabarán, Señor, todos los reyes – cuando oigan las promesas de tu boca;
5 cantarán tus designios y dirán: - “Es muy grande la gloria del Señor.”
6 Desde arriba el Señor mira al humilde, - y de lejos distingue al orgulloso.
7 Si me encuentro en peligro, - me conservas la vida; - estirándome el brazo, - me tomo de tu mano – y así me salvas de mis enemigos.
8 Completará el Señor lo hecho por mí. – Señor, tu amor perdura para siempre, - no abandones la obra de tus manos.

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