viernes, 4 de junio de 2010

123 (122)

Salmo de esperanza.- Sabemos que nuestro buen Padre siempre nos escucha. Sin cansarse, hay que mantener los ojos fijos en el Señor, hasta que no nos diga: “Ve, tu fe te ha salvado.”

1 Hacia ti he dirigido la mirada,
que tienes en el cielo tu morada,
así como los ojos de los siervos
se fijan en la mano de su dueño.

2 Como miran los ojos de una esclava
la mano de su dueña,
así están nuestros ojos observando
al Señor, nuestro Dios,
hasta que se conduela de nosotros.

3 Ten piedad de nosotros, ten piedad,
porque estamos, Señor, hartos de injurias;
4 nuestra alma está repleta
de las burlas y desprecios
de ricos y creídos.

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