jueves, 21 de enero de 2010

10

El antiguo testamento contiene las figuras del nuevo

10 1 A la religión de la Ley se le entregó una sombra de los bienes por venir, pero no tiene las cosas reales con su forma propia. Por eso, continuamente, año a año, se ofrecen los mismos scrificios, sin que nunca los asistentes lleguen a la perfección. 2 De otro modo, ¿no habrían dejado de ofrecer sus sacrificios? Si los asistentes hubieran quedado puros de una vez, no se sentirían ya culpables de ningún pecado. 3 Pero no, cada año, al ofrecerlos, recuerdan sus pecados, 4 es que la sangre de los toros y de los chivos no tiene valor para quitar los pecados.

5 Por eso, al entrar Cristo al mundo dice:
"Tú no quisiste sacrificio ni ofrenda, sino que me formaste un cuerpo.
6 No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado.
7 Entonces dije: Mira, aquí vengo; de mí se dijo lo que está en el libro, cumpliré, oh Dios, tu voluntad."
8 Comienza por decir: "Sacrificios, ofrendas, holocaustos, sacrificios por el pecado, no los quisiste ni te agradaron"; y sin embargo, es lo que pedía la Ley. 9 Después sigue: Aquí estoy para cumplir tu voluntad; con esto, anula el antiguo Testamento y establece el nuevo. 10 Ahora, conforme a esta voluntad de Dios, somos santificados de una vez, por el sacrificio que Cristo Jesús hace de sí mismo.
11 Los sacerdotes permanecen a diario, de pie, para cumplir su oficio, y ofrecen repetidas veces los mismos sacrificios que nunca tienen el poder de quitar los pecados. 12 Cristo, por el contrario, ofreció por los pecados un único sacrificio y se sentó para siempre a la derecha de Dios, 13 donde está esperando que "sus enemigos le sean colocados como tarima de sus pies" 14 Así, pues, con su única ofrenda, llevó a la perfección para siempre a los que hizo santos. 15 Eso lo aprendemos también del Espíritu Santo. Pues luego de haber declarado:
16 Esta es la alianza que pactaré con ellos en los tiempos que han de venir, el Señor dice: "Pondré mis leyes en su corazón y las grabaré en su mente. 17 No me acordaré más de sus errores ni de sus pecados".
18 Pues bien, cuando los pecados son perdonados, ya no se presentan ofrendas por el pecado.

Sigamos firmes en la fe

19 Así, pues, hermanos, con toda seguridad, podemos entrar al Santuario, llevados por la sangre de Jesús. 20 El inauguró para nosotros ese camino nuevo y vivo que atraviesa la cortina, es decir, su carne. 21 Tenemos un Sacerdote Supremo a cargo de la casa de Dios. 22 Acerquémonos, pues con corazón sincero, con plena fe, limpios interiormente de todo lo que mancha la conciencia, y con el cuerpo lavado con agua pura. 23 Sigamos profesando nuestra esperanza sin que nada nos pueda conmover, ya que es digno de confianza Aquel que se comprometió. 24 Que cada uno descubra en el ejemplo de los demás nuevos motivos de amar y de hacer el bien. 25 No abandonen sus asambleas como algunos acostumbran hacerlo, sino que más bien anímense unos a otros, tanto más cuanto ven que se acerca el día.

26 Si pecamos voluntariamente después de haber conocido la verdad, ya no podremos esperar un sacrificio por los pecados. 27 No habrá otra espera que la del temible juicio y la del castigo de fuego que devora a los rebeldes. 28 Para el que desprecie la Ley de Moisés, no hay misericordia, es condenado a muerte por el testimonio de dos o tres personas. 29 ¿Qué les parece entonces del que pisoteó al Hijo de Dios? ¿Qué castigo merecerá por haber profanado la sangre d ela alianza que lo santificó, y haber insultado al Edspíritu del amor de Dios?
30 Conocemos nosotros al que dijo: A mí me corresponde la venganza; yo daré a cada uno según merece. Y también: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¿Qué cosa más espantosa es caer en las manos del Dios vivo!
32 Recuerden esos primeros tiempos en que ustedes acababan de ser iluminados. Tuvieron que soportar grandes sufrimientos que les vinieron a asaltar. 33 Fueron públicamente expuestos a humillaciones y pruebas, y tuvieron que participar del sufrimiento de otros que fueron tratados de igual manera. 34 En verdad ustedes se hicieron solidarios de los que iban a la cárcel; a ustedes les quitaron sus bienes y lo aceptaron gozosos, sabiendo que estaban adquiriendo una riqueza mejor y más duradera. 35 Por eso, no pierdan ahora su resolución, que tendrá una recompensa grande. 36 Es necesario que sean constantes en hacer la voluntad de Dios, para que alcancen lo que él les tiene prometido.
37 Un poco, un poquito más, y el que viene llegará: no tardará.
38 El justo mío si cree vivirá: Que si desconfía, ya no lo miraré con amor.
39 No vamos a ser nosotros de esos que se retiran y se pierden, sino que somos hombres que creen y que se salvarán.

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