viernes, 13 de abril de 2012

23



La tumba de Abraham y Sara

n 23 1 Sara tenía ciento veintisiete años cuando murió 2 en la ciudad de Arbe (o sea, Hebrón), en el país de Canaán, Abraham hizo duelo por ella y la lloró. 3 Y, después que terminaron las ceremonias del funeral, dijo a los heteos:
4 “Yo no soy más que un forastero en esta tierra; denme un terreno que sea mío en que pueda enterrar a mi muerta.” 5 Los heteos respondieron a Abraham: “Tratemos de entendernos, señor, tú entre nosotros eres un príncipe de Dios; sepulta a tu muerta en la mejor de nuestras sepulturas, que ninguno de nosotros te la negará si quieres sepultar en ella a tu difunta.”
7 Se levantó Abraham e inclinándose antes los heteos 8 les dijo: “Si están de acuerdo en que yo entierre a mi muerta lejos de mi vista escúchenme e intercedan por mí ante Efrón, hijo de Seor, 9 para que me dé la cueva de Macpelá que es suya y está al borde de su finca, que me la dé por el precio que vale, y que sea en adelante propiedad mía entre ustedes.”
10 Entonces efrón, que estaba sentado entre los hteos, le respondió de manera que lo oyeran todos los que estaban a la puertas de la ciudad. 11 Dijo: “No, señor mío, escúchame: yo te doy el campo y también la cueva que hay en él. A la vista de los hijos de mi pueblo te la doy. 12 Sepulta a tu muerta.” Abraham nuevamente se inclinó profundamente ante los heteos 13 y se dirigió a Efrón, de modo que todos lo oyeran, diciendo: “A ver si nos entendemos, te doy el precio de la finca, acéptamelo y enterraré allí a mi muerta.” 14 Contestó Efrón a Abraham: “Señor mío, escúchame cuatrocientas monedas de plata por un terreno, creo que es lo justo para ambos, sepulta a tu muerta.” 16 Abraham estuvo de acuerdo y pesó a Efrón la plata que le había pedido, en presencia de los hijos de Het; cuatrocientas monedas de plata en monedas de mercader.
17 Fue así como la finca de Efrón, que está en Macpelá, frente a Mambré, con la cueva que hay allá y todos los árboles que hay, tanto en el campo como en su alrededor, 18 todo ello, vino  a ser propiedad de Abraham, a la vista de todos los hijos de Het que  estaban en la ciudad.
19 Después de esto, Abraham sepultó a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpelá, frente a Mambré, en Canaán. Y así llegó a ser de Abraham. 20 Y fue así como el campo y la cueva que allí se encuentra, fueron vendidos a Abraham por los heteos para que sirviera de sepultura.

n Abraham recorrió Palestina sin tener en ella ni siquiera donde poner el pie (Hechos 7,9); todo lo tiene en promesa, y por eso es el modelo los creyentes que hasta la muerte vivimos esperando las promesas de Dios. Sin embargo,la muerte de Sara le da la oportunidad de comprar; por lo menos, el lugar donde enterrrarla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario