jueves, 22 de marzo de 2012

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Moisés habla al Faraón

+ 5 1 Moisés y Aarón se presentaron a Faraóny le dijeron: “Así dice Yavé, el Dios de Israel: Deja salir a mi pueblo para que me celebre una fiesta en el desierto.”
2 Respondió Faraón: “¿Quién es Yavé para que yo escuche su voz y deje salir a Israel? No conozco a Yavé y no dejaré salir a Israel.”
3 Ellos dijeron: “El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Permite que vayamos al desierto a tres días de camino. Allá ofreceremos sacrificios a Yavé, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada.”
4 El rey de Egipto les dijo: “Usredes, Moisés y Aarón, ¿por qué ponen trabas a los que trabajan? Vuelvan a sus tareas.” 5 Faraón dijo: “Este pueblo ahora es numeroso y ustedes ¿quieren que interrumpa sus trabajos?”
6 Aquel mismo día Faraón dio la siguiente orden a los capataces del pueblo y a sus secretarios israelitas: 7 “Ya no darán paja al pueblo para hacer ladrillos. Que vayan ellos mismos a buscarla. 8 Pero les esxigirán la misma cantidad de ladrillos que hacían antes, sin disminuir ni uno sol. Son unos flojos, y por eso gritan diciendo: Vamos a ofrecer sacrificios a nuestro Dios. 9 Que se aumente el trabajo de estos hombres y no prestarán más atención a tonterías.”

Primeras dificultades

10 Salieron los capataces junto con sus secretarios israelitas, y dijeron al pueblo: “Faraón no les dará más paja. 11 Vayan ustedes mismos a buscarla donde la encuentren. Pero trendrán la misma tarea que antes.”
12 El pueblos e dispersó por todo el país en busca de paja para machacar. 13 Los capataces por su parte los apuraban: “Cumplan su tarea diaria como cuando se les daba paja.” 14 Los capataces castigaron a sus secrearios israelitas que habían colocado al frente del pueblo y les decían: “¿Por qué ni ayer ni hoy han hecho la misma cantidad que antes?”
15 Los secretarios israelitas fueron a  quejarse a Faraón y le dijeron: “¿Por qué tratas a sí a tus siervos? 16 No nos dan paja, y sin embargo, se nos oredena hacer ladrillos. Los tuyos, pues, son culpables al azotarnos.” 17 El respondió: “Flojos y más que flojos. Po resa ra´zón me piden ir a sacrificar a Yavé. 18 Vuelvan a sus trabajos. No se les dará paja, y tienen que entregar la misma cantidad d eladrillos.”
19 Los secretarios israelitas se vieron en grandes apuros. 20 Al salir d ela casa de Faraón se encontraron con Moisés y Aarón que los esperaban 21 y les dijeron: “Que Yavé examine y juzgue. Ustedes son culpables de que Faraón y sus capataces nos hayan tomado odio. Ustedes han puesto la espada en sus manos para matarnos.”
22 Se volvió entonces Moisés hacia Yavé y dijo: “Señor mío, ¿por qué maltratas a tu pueblo?, ¿por qué me has enviado? 23 Pues desde que fui donde Faraón para hablarle en tu nombre, está maltratando a tu pueblo, y Tú no haces nada para librarlo.”

+ La palabra de Dios no se escucha tan fácilmente en los ministerios de la capital como en el desierto. La respuesta y las decisiones de Faraón son el modelo al que parecen referirse muchos gerentes y administradores. Moisés Y Aarón reciben una negativa y luego conocen la desconfianza de sus compañeros.
A lo largo de la historia encontramos la misma oposición de los que no quieren moverse para liberarse, no confían en el éxito o no hacen caso y no apoyan a los líderes que trabajan por su bien. Martin Luther King poco antes de su muerte, decía con tristeza que chocaba con la indiferencia de los negros; se sentía solo en su lucha en favor de sus hermanos de raza. Durante la Conquista, Fray Bartolomé de las Casas, en su protesta en favor de los indios , tuvo que enfrentarse con las críticas de otras religiones.
A Dios no le faltan los medios para llevar adelante su obra libertadora, con tal de que Moisés tenga fe y persevere.
Nótense los apuros de esos secretarios israelitas que mandaban al pueblo a nombre de las autoridades egipcias.

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