jueves, 8 de marzo de 2012

34



34 1 Yavé dijo a Moisés: “Labra dos tablas de piedra parecidas a las primeras y Yo escribiré las palabras que había en las primeras que tú rompiste.
2 Prepárate para subir mañana temprano al monte Sinaí, ahí esperarás en la cima. 3 Que ninguno suba contigo, ni aparezca nadie en todo el monte. Ni siquiera oveja ni buey paste en los alrededores.”
4 Moisés labró dos tablas de piedra como las anteriores y, de madrugada, subió al monte Sinaí, como lo había ordenado Yavé; en sus manos llevaba las dos tablas de piedra.

5 Yavé bajó en una nube y pronució el Nombre de Yavé. 6 Luego pasó delante de Moisés y dijo con voz fuerte: “Yavé, Yavé, es un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y en fidelidad. 7 El mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebeldía y el pecado, pero no los deja sin castigo, castigando la injusticia de los padres en sus hijos y nietos hasta la tercera y cuarta generación.”
8 Al momento cayó Moisés de rodillas al suelo , adorando a Dios, 9 y dijo: “Señor, si realmente me quieres, ven y camina en medio de nosotros, aunque sea un pueblo rebelde; perdona nuestras faltas y pecados, y recíbenos por herencia tuya.”

La ley de la alianza

¡ 10 Yavé dijo: Voy a contraer un compromiso delante de todo este pueblo, confirmándolo con prodigios como no los hubo jamás en ningún país y para ningún pueblo. Y todo este pueblo que te rodea verá lo que puede Yavé, porque son cosas asombrosas las que voy a hacer contigo.
11 Mira  bien lo que te ordeno en este día; delante de ti arrojaré al amorreo, al cananeo, al  heteo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo. Cuídate, pues, de hacer amistad con el habitante del país en que vas a entrar, no sea que llegue a ser una trampa para ti. 13 Mas bien destruye sus altares, quiebra sus estatuas y corta sus troncos sagrados.
14 No te arrodillarás ante otro dios, pues Yavé lleva por nombre Celoso: él es un Dios celoso. No te comprometerás con la gente de aquellos países, que se prostituyen tras sus dioses y les ofrecen sacrificios. 15 Pues de lo contrario, te convidarán a comer de sus cosas sacrificadas, 16 y después casarás a tus hijos con las hijas de ellos y, puesto que se prostituyen ellas por sus dioses, arrastrarán a  a tus hijos a prostituirse también ellos con sus dioses.
17 No te haras dioses de metal fundido.
18 Respetarás la fiesta de los ázimos. Comerás pan sin levadura durante siete días, como te lo he ordenado, en el mes de la primavera, porque fue en ese mes cuando saliste de Egipto.
19 Todo primogénito es mío. Me sacrificarás en memorial todo primer nacido de tus ovejas y de tus vacas que sea macho. 20 El burro primerizo lo rescatarás con un corderito: en caso de no ser rescatado, será muerto. Rescatarás el primero de tus hijos. No te presentarás ante mí con las manos vacías.
21 Trabajarás seis días y al séptimo día descansarás, incluso en tiempo de arar y de segar. 22 Celebrarás las fiesta de las Semanas con las primeras siegas de tu trigo, y otra fiesta a fin de año al recoger todos los frutos.
23 Se presentarán tres veces al año todos tus varones ante Yavé, el Señor y Dios de Israel. 24 Pues yo arrojaré de tu presencia a los pueblos y agrandaré tus fronteras y nadie codiciará tu país, mientras tú subas tres veces al año a  presentarte ante Yavé, tu Dios.
25 No ofrecerás con pan fermentado la sangre de mis víctimas y no quedará hasta el otro día la víctima de la fiesta de Pascua.
26 Llevarás los primeros frutos de tu tierra a la Casa de Yavé, tu Dios. No cocerás el cabrito con la leche de su madre.”
27 Yavé terminó diciendo a Moisés: “Pon por escrito estas palabras, pues éste es el compromiso de la alianza que he pactado contigo y con los hijos de Israel.”
28 Estuvo allí con Yavé por espacio de cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni tomar agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza, los diez mandamientos.

Moisés desciende del monte

+ 29 Cuando Moisés bajó del monte Sinaí, tenia en las manos las dos tablas de las Declaraciones divinas donde estaban escritas las leyes de la Alianza, y no sabía que la piel de su cara se había vuelto radiante, por haber hablado con Yavé.
30 Aarón y los hijos de Israel mirararon a Moisés y vieron que su cara resplandecía; entonces sintieron miedo de acercarse a él.
31 Moisés los llamó. Volvieron, pues, Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés habló con ellos. 32 Después se acercó todo el pueblo, y Moisés les comunicó todo lo que Yavé le había mandado en el monte Sinaí. 33 Cuando Moisés terminó de hablar con ellos, se puso un velo en la cara. 34 Cada vez que Moisés volvía donde Yavé para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía.
RUna vez fuera, comunicaba al pueblo lo que Yavé le había ordenado, 35 y los israelitas podían ver la cara resplandeciente de Moisés; luego Moisés volvía a ponerse el velo, hasta que entraba a hablar con Yavé de nuevo.

¡ Aquí viene otro texto muy antiguo, considerado por Israel como uno de lo que mejor expresaban las exigencias de Dios al celebrarse la Alianza. A diferencia del Decálogo, insiste antes que nada en los ritos y fiestas que mantienen la fe.

+ La piel de su cara se había vuelto radiante por haber hablado con Yavé. Este signo exterior delata la transformación profunda obrada por Dios en aquellos que se prsentan ante él a cara descubierta. Este misterio se aclarará en Mc 9,2 y 2 Cor 3,12-18.

R La continuación de los recuerdos referentes a la vida de los israelitas en el desierto están en los capítulos 11 al 16 y 20 al 24 del Libro de los Números

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