lunes, 20 de febrero de 2012

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Los nazireos

*6 1 Yavé dijo a Moisés: 2 “Di a los hijos de Israel: Si un hombre o una mujer hace el voto de consagrarse como nazireo en honor de Yavé, 3 no beberá ni vino ni bebida alguna que pueda embriagar, ni vinagre hecho de vino o de otra bebida embriagante cualquiera, ni tampoco jugo alguno exprimido de uvas; no comerá uvas frescas ni pasas.
4 Todo el tiempo que sea nazireo, no comerá fruto alguno de la vid, desde los granos hasta el hollejo. 5 Todo el tiempo de su consagración como nazireo, no pasará navaja por su cabeza; hasta que pasen los días de su abstinencia en honor a Yavé, será persona consagrada y se dejará crecer la cabellera. 6 Durante el tiempo de su consagración no se acercará a ningún cadáver, 7 aunque  sea de su padre o de su madre, de su hermano o hermana, a fin de no contaminarse; por cuanto tiene en su cabeza la señal del hombre consagrado a Dios. 8 Todo el tiempo de su vota está consagrado a Yavé.
9 Si alguien muere de repente junto a él, su cabeza consagrada quedará impura; por tanto tendrá que purificarse el séptimo día y raparse la cabeza. 10 El octavo día ofrecerá dos tórtolas o dos pichones al sacerdote a la entrada de la Tienda de las Citas. 11 El sacerdote ofrecerá uno en sacrificio por el pecado y el otro en holocausto; así expiará por aquel hombre de la falta contraída a causa del muerto.
 12 El nazireo ofrecerá un cordero de un año como sacrificio por la culpa, y podrá consagrar de nuevo su cabeza el mismo día. Entonces cumplirá todo el plazo que decidió cuando hizo el voto de consagrarse como nazireo; los días anteriores son nulos, pues su cabellera dejó de ser consagrada.
13 Esta es la ley referente a los nazireos. Cuando se cumpla el plazo de su voto, el nazireo será conducido a la entrada de la Tienda de las Citas, 14 y presentará su ofrenda a Yavé; un cordero de un año sin defecto en holocausto; una oveja de un año sin defecto en sacrificio por el pecado; un carnero sin defecto como sacrificio de comunión; 15 un canastillo de panes ázimos de flor de harina amasada con aceite, y tortas sin levadura untadas en aceite con sus correspondientes oblaciones ylibaciones.
16 El sacerdote presentará todo  esto a Yavé. Se ofrecerá el sacrificio por el pecado y el holocausto. 17 Con el carnero y el canastillo de panes sin levadura se hará un sacrificio de comunión a Yavé y, luego, el sacerdote ofrecerá la correspondiente libación.18 Entonces el nazireo se rapará su cabellera, a la entrada de la Tienda de las Citas; tomará su cabellera de nazireo y la echará al fuego que arde debajo del sacrificio de comunión.
19 Una vez que el nazireo se haya rapado su cabellera, el sacerotote tomará la espaldilla ya cocida del cordero, un pan y una torta sin levadura, y lo pondrá todo en manos del nazireo. 20 El sacerdote lo mecerá delante de Yavé como se hace con las ofrendas. Son carnes consagradas y pertenecerán al sacerdote, como también el pecho que fue mecido y la pierna que fue ofrecida Hecho esto, el nazireo ya podrá beber vino.
21 Esta es la ley referente al nazireo que viene a presentar su ofrenda a Yavé con ocasión de su voto, aparte de lo que sus posibilidades le permitan. Si prometió algo más al hacer su voto, lo cumplirá después de cumplido lo previsto por la ley del nazireo.”

22 Yavé dijo también a Moisés: 23 “Di a Aarón y  a sus hijos: Así bendecirán a los hijos de Israel. 24 Dirán:

(o) “Yavé te bendiga y te guarde, 25 Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda lo que pidas, 26 vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz.”
27 Y con eso estará mi Nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.

*Los Nazireos eran hombres que se consagraban a Dios por un tiempo o definitivamente. Sansón era nazireo (Jueces 13,5) y Juan Baustista lo fue posiblemente (ver Lucas 1,15). También había nazireos entre los primeros cristianos de raza judía (Hechos 21, 23) Ver también el voto de Pablo (Hechos 18,18)
En Israel no se conocían consagraciones religiosas, como existen ahora en la Iglesia. Por eso la ley sobre los nazireos permitía a cualquier creyente consagrarse a Dios en forma personal.

(o) Bendición de Moisés que usaba siempre San Francisco de Asís.

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