miércoles, 8 de febrero de 2012

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Guerra contra Madián

(-) 31 1 Yavé dijo a Moisés: 2 “Ahora, que los hijos de Israel tomen desquite de los madianitas, y  luego irás a reunirte con tu pueblo.”
3 Moisés, pues, dijo al pueblo: “Que se armen algunos de ustedes para la guerra y vayan a pelear contra Madián, a ejercer contra Madián la venganza de Yavé. 4 Pondrán sobre las armas mil de cada tribu. De todas las tribus de Israel.”
5 Reclutaron, pues, entre los israelitas, mil hombres por cada tribu, doce mil hombres armados para la guerra. 6 Moisés mandó al combate mil por cada tribu, y con ellos a Finjas, hijo del sacerdote Eleazar, que llevaba los objetos sagrados, y las trompetas para los toques. 7 Pelearon contra Madián como había mandado Yavé a Moisés y mataron a todos los varones. 8 Mataron también a los reyes de Madián: Eví, Requem, Sur, Jur y Rebá, cinco reyes madianitas. A Balaam, hjo de Beor, lo mataron a filo de espada. 9 Los hijos de Israel hicieron cautivas a las mujeres de Madián y a sus niños y saquearon su ganado, sus rebaños y todas sus pertenencias. 10 Prendieron fuego a todos los pueblos en que vivían y a todos sus campamentos 11 reunieron todo el botín que habían capturado, hombres y bestias, 12 y llegaron los cautivos y el botín ante Moisés, ante el sacerdote Eleazar y ante toda la comunidad de los hijos de Israel, en las estepas de Moab, que están cerca del Jordán, a la altura de Jericó.

Las leyes de la guerra santa

13 Moisés, el sacerdote Eleazar y todos los principales de la comunidad salieron a su encuentro hasta fuera del campamento. 14 Moisés se enojó contra los jefes de las tropas, jefes de mil y jefes de cien que volvían del combate. 15 Moisés les dijo: “¿Así, pues, han dejado con vida a todas las mujeres?
16 Precisamente ellas fueron las que indujeron a desobedecer a Yavé a los hijos de Israel en el asunto de Balaam, cuando lo de Peor; por eso azotó la plaga a la comunidad de Yavé. 17 Maten, pues, a todos los niños, hombres, y a toda mujer que haya tenido relaciones con un hombre. 18 Pero dejen con vida y tomen para ustedes todas las niñas que todavía no han tenido relaciones. 19 Todos los de ustedes que derramaron sangre o que tocaron a algún muerto quedará fuera del campamento durante siete días, y se purificarán el tercer y el séptimo día, junto con las cautivas.  20 Asimismo purificarán todos los vestidos, objetos de cuero, tejidos de pelo de cabra y objetos de madera.”
21 El sacerdote Eleazar dijo a los hombres que habían ido a la guerra: “Así manda la Ley que ordenó Yave a Moisés: 22 el oro, la plata, el cobre, el hierro, el estaño y el plomo, todo lo que puede pasar por el fuego, lo pondrán al fuego y quedará puro; y también se purificará con el agua de purificación. 23  Y todo lo que no pueda pasar por el fuego lo pasarán por agua. 24 Lavarán sus vestidos el día sépitimo y quedarán puros. Luego podrán entrar en el campamento.”
25 Yavé dijo a Moisés: “Saca la cuenta, tú, el sacerdote Eleazar y los principales de las familias de la comunidad de lo que fue llevado como botín, hombres y ganado. 27 Lo partirás en dos; la mitad, para los combatientes que fueron a la guerra, y la otra mitad, para toda la comunidad. 28 Reserva como ofrenda para Yavé, la parte de los combatientes que fueron a la guerra, uno por cada quinientos, sean hombres, bueyes, burros y ovejas. 29 Lo tomarás de la mitad del botín que le corresponde y se lo darás al sacerdote Eleazar como ofrenda reservada a Yavé. 30 Y, de la mitad del botín correspondeinete a los  hijos de Israel, separarás uno por cada cincuenta, sean hombres, bueyes, burros y ovejas,cualquier clase de animales, y se lo darás a los levitas, que están encargados del ministerio de la Morada de Yavé.”
31 Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron como había mandado Yavé a Moisés. 32 El botín, lo que quedaba de lo que la gente de guerra había saqueado, era de seiscientas setenta y cinco mil cabezas de ganado menor, 33 setenta dos mil de vacuno 34 y sesenta y un mil burros. 35 En cuanto a las personas, las mujeres que todavía no habían tenido relaciones eran en total treinta y dos mil. 36 La mitad correspondiente a los que fueron al combate: trescientos treinta y siete mil cabezas de ganado menor, 37 siendo la parte de Yavé seiscientas sesenta y cinco cabezas; 38 además, treinta y seis mil cabezas de ganado vacuno, siendo la parte de Yavé  setenta y dos; 39 treinta mil quinientos burros, siendo la parte de Yavé sesenta y uno. 40 Personas: dieciséis mil, siendo la parte de Yavé treinta y dos. 41 Moisés dio al sacerdote Eleazar la ofrenda reservada para Yavé, como había ordenado Yavé a Moisés. 42 La otra mitad del botín, perteneciente a los hijos de Israel, 43 era de trescientas treinta y siete mil cabezas de ganado menor, 44 treinta y seis mil de vacuno, 45 treinta mil quinientas de burros, 46 y diecisés mil personas. 47 Tomó Moisés de esta mitad perteneciente a los hijos de Israel a razón de uno por cincuenta hombres y animales y se los dio s los levitas que se encargaban del ministerio de la Morada de Yavé, como había ordenado Yavé a Moisés.
48 Los jefes de las tropas de Israel que habían ido a la guerra, jefes de mil y de cien, se acercaron a Moisés 49 y le dijeron: “Hemos sacado la cuenta y de los combatientes que teníamos a nuestras órdenes y no falta ni uno. 50 Por eso venimos a ofrecer a Yavé lo que cada uno de nosotros ha encontrado, en objetos de oro, brazaletes, cadenitas, anillos  y collares para hacer expiación por nosotros delante de Yavé.” 51 Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron de ellos el oro y las joyas. 52 El total de oro que los jefes de millar y cien presentaron a Yavé fue de dieciéis mil setecientos cincuenta siclos.
53 Los combatientes habían saqueado cada uno por cuenta propia. 54 Entonces Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro de los jefes de millar y de cien y lo llevaron a la Tienda de las Citas para que quedaran ante Yavé y para que él se acordara de los hijos de Israel.

(-) El presente capítulo se refiere a la “guerra santa”. Es importante recordar que todo eso fue escrito en los siglos 6-7 antes de Cristo, cuando Israel ya no tenía medios como para atacar a ningún otro pueblo (leer al respecto el comentario de Jousé 6). No se describe la matanza de las mujeres en este suceso ficticio... El autor del relato no era un hombre cruel y solamente quería recalcar lo peligroso que era para los israelitas casarse o acercarse a mujeres de pueblos paganos.

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