sábado, 24 de septiembre de 2011

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Los compañeros de Esdras

8 1 Estos son los jefes de familias que subieron conmigo de Babilonia, en el reinado de Artajerjes (y se indicanlos nombres de sus antepasados).
2 De los jijos de Finjas, Guersón; de los de Itamar, Daniel; 3 de los de David, Jatús; de Secanías y delos hijos de Paros, Zacarías, y con é ciento cincuenta hombres registrados; de los hijos de Pajat Moab, 4 Eliyonai, hijo de Zarajías, y con él doscientos hombres; 5 de los hijos de Zatú, Secanías, hijo de Jacaziel, y con él trescientos hombres; de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jonatán, y con él cincuenta hombres; 6 de los hijos de Adín, Ebed, hijo de Atalía, y con él setenta hombres; 7 de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochenta hombres; 8 de los hijos de Joab, Abdías, hijo de Jejiel, y con él doscientos dieciocho hombres; 9 de los hijos de Baní, Selomit, hijo de Josifía, y con él ciento sesenta hombres; 10 de los hijos de Bebaí, Zacarías, hijo de Bebaí, y con él diez hombres; 11 de los hijos de Azgad,J ojanan, hijo de Acatán, 12 y con él ciento diez hombres; 13 de los hijos de Adonicam, los últimos, y he aquí sus nombres: Elifelet, Jeiel y Semeyas, y con ellos ssetenta hombres; 14 de los hijos de Bigvaí, Utai, hijo de Zacur, y con él sesenta hombres.
15 Los reuní cerca del río que corre hacia Ahavá, y acampamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo, no encontré ninguno de la tribu de Leví. 16 Entonces llamé a los jefes Eliecer, artiel Semaías, Yarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Msulam, los jefes, y a los instrucotres Yoyarib y Elnatán. 17 Les di órdenes respecto a Idó, el jefe que peramencía en Casifica, le s di el recado que debían transmitir a Idó y a sus hermanos, los ayudantes que vivían en Casifia, para que nos mandaran servidores para a Casa denuestro Dios.
18 Como la bondadosa mano de Dios estaba con nosotros, nos trajeron a Serebías, hombre muy sensato, de entre los hijos de Majlí, hijo de Levi, hijo de Israel, y con él sus hijos y sus hermanos, en número de dieciocho; 19 Josabías y con él Isaías, de entre los hijos de Merarí, sus hermanos y sus hijos, en totral veinte; 20 y de entre los ayudantes que que David y los jefes habían puesto al servicio de los levitas, doscientos veintidós hombres, todos inscritos personalmente.

21 Allí, a orillas del río Ahavá, ordené un ayuno para humillarnos ante nuestro Dios, a fin d eimplorar de él un feliz viaje para nosotros, nuestros hijos ynuestras pertneencias. 22 Me hubiera dado vergüenza pedir al rey tropas y gentes a caballo para protegernos del enemigo en el camino; por el contrario, habíamos dicho al rey: "La mano de nuestro Dios está, para bien, con todos los que lo buscan; y su poder y su enojo sobre todos los que lo abandonan." 23 Por eso ayunamos y pedimos a nuestro Dios por esta intención y él nos escucyhó.
24 Escogí a doce de los jefes de los sacerdotes y, además, a Serebías y a Jasabías, y con ellos la plata, el oro y las copas consagradas donadas por el rey, sus c onsejeros y sus jefes, y por todos los israelitas que habíamos podido hallar para la Casa de nuestro Dios. 26 Y puse en sus manos seiscientos cincuenta talentos de plata, copas de plata con cien talentos, cien talentos de oro, 27 veinte copas de oro por valor de mil dáricas y dos vasos de bronce bruñido tan preciosos como vasos de oro. 28 Luego les dije: "Ustedes están consagrados a Yavé; este oro son ofrendas voluntarias hechas a Yavé, el Dios de nuestros padres. 29 Cuídenlos y guárdenlos hasta que los pesen ante los jefes de los sacerdotes y levitas y de las familias de Israel en Jerusal{en, en las habitaciones de la Casa de Yavé."
30 Entonces, los sacerdotes y levitas recibieron todo lo que habíamos pesado: la plata, el oro y los vasos, para llevarlos a Jerusalén a la Casa de nuestro Dios.
31 Partimos de la orilla del río Ahavá para ir a Jerusalén, el día doce del mes primero. La mano de Dios estuvo con nosotros y apartó de nosotros todo ataque de enemigos y toda emboscada durante el camino. 32 Llegados a Jerusalén, descansamos tres días; 33 al cuarto, pesamos en la Casa de nuestro Dios la plata, el oro y los vasos, entregándolo todo a Merinot, hijo de Urías, sacerdote, y a Eleazar, hijo de Finjas, junto con Josabad, hijo de Josué, y Noadías, hijo de Binuí, levitas. 34 Después de volverlo a c ontar y pesar todo, se puso por escrito el peso total.
35 Los judíos que habían vuelto del destierro ofrecieron sacrificios al Dios de Israel; doce novillos por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos y doce machos cabríos por el pecado. Todo como víctimas quemadas a Yavé. 36 Y se entregaron los decretos del rey a sus gobernadores y a los funcionarios del lado de acá del río, los cuales favorecieron al pueblo y la Casa de Dios.

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