viernes, 8 de julio de 2011

26

Canto de victoria

26 1 En ese día cantarán de esta manera en el paísd e Judá:
Tenemos ahora una ciudad amurallada;
él ha construido para defendernos
no una sino dos murallas.
2 Abran las puertas para que entre la gente buena,
que cumple su palabra,
3 y que vive tranquila y en paz
porque ha confiado en ti.
4 No duden nunca de Yavé,
pues Yavé es como una roca irrompible.
5 El tiró para abajo a los que vivían en las alturas,
en la ciudadela de la cual nadie podía apoderarse;
la derribó, la demolió,
y la redujo a escombros
6 Ahora caminan por allí
los pies de los humildes y de los pobres.

Salmo de esperanza

7 El camino del justo es la rectitud y tú le allanas el camino reto.
8 ¡Ah, Yavé!, te esperamos siguiendo el camino de tus preceptos.
Tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.
9 Mi alma te deea por la noche
y mi espíritu dentro de mí te busca.

Yavé, cuando a la tierra le llegan tus juicios,
los habitantes del mundo aprenden a ser justos.
10 Pero si perdonas al malvado,
no aprende la justicia
Y sigue haciendo el mal en la tierra santa,
Pues no teme la majestad de Yavé.

11 ¿Hasta cuándo los estarás amenzando sin que comprendan?
Haz que vean para vergüenza suya, que cuidas de tu pueblo.
¡Que tu furor,cual fuego, los devore!
12 Yavé, dígnate darnos la paz,
pues, si conseguimos algo nosotros, esto será lo que quisiste darnos.

13 Tú, Yavé, eres nuestro Dios.
Otros señores, fuera de ti, nos han dominado,
mas no recordaremos otro nombre que el tuyo,
a ti solo conoceremos.

14 Han muerto y no vivirán,
y sus sombras no se levantarán,
pues los has castigado y exterminado,
has borrado hasta el recuerdo de su nombre.

15 Yavé, has hecho crecer tu nación,
ensanchaste nuestro país,
y mientras más crecía, te hacías más famoso.
16 Yavé, en la angustia te buscábamos,
vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba.

17 Como la mujer sufre al dar a luz,
se retuerce y grita en sus dolores,
así estuvimos ante ti, Yavé.

18 Hemos concebido, tuvimos dolores
como si diéramos a luz,
pero, ¡puro aire!
No hemos traído al país la salvación,
y no se ven los pioneros de un mundo nuevo.

19 ¡Tus muertos revivirán,
y tus cadáveres resucitarán!

Despierten y den gritos de júbilo
todos ustedes , que yacen en el polvo.
Que baje tu rocío, Señor, rocío de luz,
y la tierra echará de su seno a los muertos.

20 Entra, pueblo mío, en tus habitaciones,
y cierra las puertas tras de ti;
escóndete un momento hasta que la pase la cólera.

21 Porque Yavé se dispone a salir de su morada
para castigar la maldad de los habitantes de la tierra.
La tierra devolverá la sangre
y no esconderá más a los degollados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario