martes, 12 de julio de 2011

23

Profecía sobre Tiro

23 1 Lloren, navíos de Tarsis,
porque ha sido destruido su puerto.
Al volver del país de Quitim
supieron la noticia.
2 Asómbrense, habitantes de la costa,
comerciantes de Sidón,
cuyos agentes atravesaban el mar
de inmensas olas.
3 El grano del valle del Nilo era su riqueza,
que vendían al mundo entero.
4 Ponte rojo de vergüenza, Sidón,
pues el mar ha hablado, diciendo:
“No he dado a luz ni he criado
ni educado jóvenes
ni he alimentado niñas.”
5 Cuando los egipcios sépanla surte corrida por Tiro, se apenarán.
6 Váyanse a Tarsis a llorar sin consuelo,
habitantes de la costa.
7 ¿Dónde está ahora su ciudad alegre,
que tenía tantos años de antigüedad
y que llegó muy lejos en sus andanzas
para establecerse por allá?
8 ¿Quién es, pues, el que ha tramado esto
en contra de Tiro, la reina,
cuyos comerciantes eran príncipes
y cuyos negociantes, nobles del país?
9 Esto lo ha tramado Yavé de los Ejércitos,
para humillar toda su vanidosa hermosura
y aplastar a los más grandes del mundo.
10 ¡Ara el campo, ahora, hija de Tarsis,
porque tu puerto desapareció!
11 Yavé extendió su mano sobre elmar
para derribar a los reyes;
él ordenó la destrucción
de las fortalezas de Canaán.
12 ¡El dijo: “Ya no triunfarás más,
hija de Sidón,
muchacha que has sido violada!
Levántate y márchate a Quitim,
que allí tampoco tendrás tranquilidad;
13 pues mira cómo está el país de Quitim…!”
Levantaron torres de asalto,
demolieron sus castillos
y solo quedan escombros.
14 ¡Lloren, navíos de Tarsis,
porque ha sido destruido su puerto!
15 Entonces Tiro será olvidada durante setenta años. Pero, cuando llegue el reinado de un nuevo rey, después de los setenta años, a Tiro le pasará lo mismo que a la prostituta de la canción:
16 Toma la guitarra y recorre la ciudad,
prostituta olvidada,
toca lo mejor que puedas
y vuelve a entonar tus canciones
para que se acuerden de ti.
17 Después de los setenta años, Yavé irá nuevamente a visitar a Tiro, quien volverá a cobrar su salario de prostituta y se entregará a todos los reyes del mundo, sin excepción. 18 Pero sus ganancias y ahorros no serán, esta vez, guardados ni depositados, sino que serán consagrados a Yavé, quien destinará esos fondos para alimentar conabundancia y para vestir bien a los que lo sirven.

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