martes, 19 de julio de 2011

10

Los que que organizan la opresión

10 1 Pobres de aquellos que dictan leyes injustas
y con sus decretos organizan la opresión,
2 que despojan de sus derechos a los pobres de mi país
e impiden que se les haga justicia,que dejan sin nada a la viuda
y se roban la herencia del huérfano.

3 ¿Qué harán el día de la invasión,
cuando, desde lejos, venga el castigo?
a dónde huirán, y quién los ayudará?
¿Dónde encerrarán sus riquezas?
4 No quedará más que doblegarse entre los prisioneros
o caer con los muertos.

A Yavé no se le ha pasado el enojo,
aún sigue con su mano levantada.

Contra Asiria

5 ¡Ay de Asur, que es el bastóbn de mi ira, el garrote que usa mi furor!
6 Yo lo he enviado contra una nación impía, contra un pueblo que me molesta,
para que lo saquee
y le quite todo lo que tiene
y lo pisotee como el polvo de las calles.
7 El, en cambio, no piensa lo mismo,
ni lo cree así su corazón,
pues su intención es destruir
y hacer pedazos numerosas naciones.

8 Dice: “¿Mis príncipes no son reyes acaso?
9 ¿No sucedió a Calno como a Carquemis,
a Jamat igual que Arpad,
y a Samaria como a Damasco?

10 Así como mi mano ha alcanzado los reinos de los ídolos, en que las estatutas eran más numerosas que las de Jerusalén y Samaria, 11 como he tratado a Samaria y a sus ídolos, ¿no seré capaz de hacer lo mismo con Jerusalén y sus imágenes?”12 Cuando el Señor haya terminado su obra en la montaña de Sión y en Jerusalén, castigará la soberbia del corazón del rey de Asiria y la mirada despreciativa de sus ojos.Porque dijo:
13 “Con la fuerza de mi brazo he hecho estoy conmi capacidad, pues soy inteligente; he hecho retroceder las fronteras de los pueblosy me he apoderado de sus tesoros.
Yo como soberano hice bajar de su trono a sus reyes.
14 Mi mano ha tomado, como se toma un nido,
las riquezas de los pueblos.
Como se recogen huevos botados,
así me he apoderado de toda la tierra
y no hubo quien aleteara
ni abriera el pico ni piara.”

15 ¿Acaso el hacha se cree mas que el leñador, o la sierra, más que el aserrador?
¡Como si el bastón mandara a quien lo usa o el palo moviera al que no es de madera!
16 Por eso Yavé de los ejércitos enviará
a sus sastisfechos la debilidad
y le prenderá fuego a su lujo
como se enciende la leña.

17 La luz de Israel vendrá a ser como fuego
y su Santo una llama,
18 que quemará y consumirá sus espinas
y su zarza en un solo día.
Hará desaparecer totalmente
sus verdes bosques y jardines,
que se parecerán a un enfermo que agoniza.
19 Lo que quede de los árboles de su bosque será tan poco,
que hasta un niño los podrá contar.

Un resto volverá

20 Aquel día sucederá que el resto de Israel y los sobrevivientes de la familia de Jacob ya no se apoyarán más en el que los explota, sino que le pedirán, sinceramente, ayuda a Yavé, el Santo de Israel.
21 “Un resto volverá”, un resto de Jacob se volverá hacia el Dios fuerte. 22 Porque aunque fuera tu pueblo, oh Israel, como la arena del mar, sólo un resto volverá. Su destrucción está decidida, para que quede bien en claro la justicia, 23 pues el Señor Yavé de los Ejércitos llevará a cabo, en todo el país, el exterminio que ha resuelto hacer. 24 Por tanto, así se expresa Yavé de los ejércitos:
Oh pueblo mío, que vives en Sión,
no le tengas miedo a Asur, que te da de palos, o que te pega con su bastón, como hacía Egipto.
25 Porque dentro de muy poco tiempo,
desaparecerá mi enojo contra ti,
y mi cólera los destruirá.
26 Yavé de los Ejércitos hará zumbar la huasca sobre él,
igual como cuando se las dio a Madián en el cerro Horeb,
y levantará su bastón sobre el mar,
como lo hizo en Egipto.
27 Entonces, su carga se caerá de tu espalda y su yugo dejará de pesar en tu cuello.
28 Se acerca por el lado de Rimón, avanza sobre Ayot, atraviesa Migrón, deja su bagaje en Micmas.
29 Atraviesan el desfiladero, pasan la noche en Gueba, Rama se asusta, Guibea de Saúl huye. 30 Grita, hija de Galim, escúchala, Lais, respóndele, Anatot.
31 Madmena se dispersa, los habitantes de Gabim buscan refugio. 32 Hoy mismo hará un alto en Nob, y extenderá su brazo sobre el cerro de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.
33 Pero vean cómo el Señor Yavé de los Ejércitos desgaja con fuerza las copas de los árboles; los más altos son cortados y los más parados caen al suelo!
La espesura del bosque no puede resistir al hacha. 34 El Líbano y sus esplendores se derrumban.

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