martes, 14 de junio de 2011

54

Oh tú, que estabas estéril

54 1 Grita de júbilo, ¡oh tú, que estabas estéril,
y que no dabas a luz,
grita de júbilo y alegría, tú que no esperabas.
Pues van a ser más los hijos de la abandonada
que los de la casada, dice Yavé.

2 Ensancha el espacio de tu tienda,
sin demora despliega tus toldos,
alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas,
3 porque te extenderás a derecha y a izquierda.
Tu descendencia conquistará las naciones
y poblará las ciudades desiertas.

4 No temas, pues no vas a ser defraudada,
no tengas vergüenza, pues no tendrás de qué ponerte colorada.
Te olvidarás de las vergüenzas que pasabas cuando joven
y de los desprecios que te hacían cuando viuda.

5 Pues tu creador va a ser tu esposo.
Yavé de los Ejércitos es su nombre.
Te liberará el Santo de Israel,
quien se llama Dios de toda l atierra.

6 Sí, Yavé te llama
Como a la esposa abandonada, que se encuentra afligida.
¿Se puede rechazar la esposa que uno toma siendo joven?

7 Así habla tu Dios:
“Te había abandonado un momento,
pero con inmensa piedad voy a reunir a tus hijos.
8 Por unos instantes te oculté mi rostro,
pero, con amor que no tiene fin, me apiado de ti.”

Así dice Yavé, que te salva:
9 “Voy a hacer como en los días de Noé,
cuando juré que las aguas no inundarían más la tierra.
Así, juro yo no enojarme más contigo,
ni amenazarte nunca más.”

10 Los cerros podrán correrse
y moverse las lomas;
mas yo no retiraré mi amor,
ni se romperá mi alianza de paz contigo;
lo afirma Yavé, que se compadece de ti.

11 ¡Pobrecilla, azotada por la tempestad y sin consuelo!
Yo asentaré tus muros sobre piedras preciosas,
y será tus cimientos de zafiro.
12 Haré tus murallas de rubíes,
tus puertas de cristal,
y todo tu contorno de piedras preciosas.

13 Todos tus hijos serán instruidos por Yavé,
y grande será la felicidad de tus hijos.
14 Te mantendrás firme por la justicia,
y no tendrás que temer la opresión;
el terror no se te acercará.
15 Si alguien te ataca, no será de parte mía;
el que se lance contra ti,
como se trata de ti, caerá.

16 Mira, yo he creado al herrero, que mantiene el fuego de la fragua con el fuelle, y saca de allí las armas que debe forjar. Pero también he sido yo quien ha creado al destructor, que las va a romper.
17 Ningún arma que hayan formado contra ti resultará, y harás callar a cualquiera que te acuse ante el juez. Este es el premio para los servidores de Yavé, por las victorias que obtendrán con mi ayuda, dice Yavé.

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