jueves, 31 de marzo de 2011

7

7 1 Entonces me llegó una palabra de Yavé: 2 “Hijo de hombre, anuncia a la tierra de Israel que así habla Yavé:
3 ¡Se acabó! Se acerca el fin para los cuatro extremos del país. Ya es inminente tu fin, porque yo voy a desencadenar mi ira contra ti. Te juzgaré por tus obras y te pediré cuenta de todas tus prácticas abominables.
4 No sentiré piedad por ti, ni te tendré compasión, sino que te haré responsable de tu conducta, porque tus grandes pecados son manifiestos. Así sabrás que yo soy Yavé. 5 Así habla Yavé: ¡Desgracia grande! Ya viene el fin. Se acerca tu fin. 6 Ya es inminente. Habitante del país, ha llegado tu hora. 7 Llega el tiempo, está cercano el día de dolor, no de alegría, en los montes. 8 Dentro de poco derramaré sobre ti mi furor y desencadenaré mi enojo. Te juzgaré según tus obras y te pediré cuenta de todas tus maldades. 9 Yo no tendré piedad ni compasión de ti, sino que te haré responsable de tu proceder, porque tus pecados estarán a la vista y sabrán que el que hiere so yo, Yavé.
10 Ya llega el día. Tu suerte está echada. Florece la injusticia, el orgullo de sus frutos 11 y la violencia reina para imponer el mal; no escapará ninguno de ellos. 12 Pasó el tiempo, llegó el día No se alegre el comprador, ni se ponga triste el vendedor, porque el castigo caerá sobre todo el pueblo. 13 El vendedor no recuperará lo vendido, aunque siga viviendo, porque la sentencia contra todos no será revocada. La vida de todos es crimen, por eso no volverán a fortalecerse.
14 Tocarán la trompeta, y prepararán todo. Pero a todos les faltará el ánimo, porque contra ellos está mi enojo. 15 Fuera de la ciudad está la espada, y dentro la peste y el hambre, el que se encuentre en el campo caerá a espada, el que esté en la ciudad morirá de hambre y de peste. 16 Los que escapen, huirán a los montes y, a causa de sus maldades, andarán allí gimiendo como las palomas de los valles.
17 Todos los brazos caerán fatigados y las rodillas se doblarán debilitadas. 18 Se cubrirán de sacos, pero el terror los envolverá, todos estarán confusos. Toda cabeza será rapada.
19 Tirarán por las calles su plata, y su oro no valdrá más que basura. Ni uno ni otra conseguirán salvarlos en el día de la ira de Yavé. No les servirán para calmar su hambre ni para llenarse el estómago, ya que oro y plata fueron para ellos causa de tropiezo y de pecado.
20 Se enorgullecían con su espléndida Joya (el Templo), y en ella fabricaron las malditas imágenes de sus ídolos, por eso yo se la convertiré en algo horroroso. 21 La entregaré como presa a los extranjeros y como botín ala gente pésima del país, para que la profanen.
22 Les quitaré su protección
y mi tesoro será profanado.
23 Los invasores penetrarán en él y lo mancharán
haciendo en él matanzas,
porque el país está lleno de crímenes
y la ciudad repleta de violencia.
24 Yo haré venir a los pueblos más feroces,
que se apoderarán de sus casas;
humillaré la soberbia de los poderosos
y sus santuarios serán profanados.
25 Llegará la angustia,
buscarán la paz, pero no la lograrán.
26 Vendrá desgracia sobre desgracia
y una mala noticia tras otra.
En vano pedirán visiones al profeta;
el sacerdote no podrá dar respuestas,
ni los ancianos un consejo.
27 El rey estará de duelo,
el príncipe en la mayor desolación,
y las manos de la gente del pueblo temblarán.
y los trataré según sus procederes
y los juzgaré según sus obras.
Así sabrán que yo soy Yavé.”

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