jueves, 24 de marzo de 2011

19

Sobre los últimos reyes de Judá

19 1 Y tú, Ezequiel, ponte a cantar este canto fúnebre sobre los príncipes de Israel. 2 Di:

¡Qué leona era tu madre entre leones! Crió a sus cachorros. 3 A uno de ellos lo prefirió. Este se hizo un león y aprendió a atrapar su presa y a devorar hombres.
4 Pero las naciones se unieron en contra suya. Lo apresaron y lo llevaron encadenado a Egipto. 5 Al ver la leona, que demoraba y que no había esperanza que volviera, tomó otrao cachorro 6 y formó un león que andaba entre los otros leones y aprendió a atrapar la presa.
Empezó a devorar hombres, 7 destruyó sus fortalezas y asoló sus ciudades. Su rugido espantaba a todos los habitantes del país. 8 Apostaron contra él las naciones, que de todas partes salieron a cazarlo. Le tendieron redes y lo apresaron en un foso. 9 Atacado por la nariz lo enjaularon. Lo llegaron al rey de Babilonia, que lo metió en una fortaleza, para que no se oyera más su voz por los cerros de Israel.
10 Tu madre era como una parra plantada cerca del agua, frondosa y llena de fruto, por la abundancia del agua. 11 Echó una rama robusta que llegó a ser cetro de un rey.
Su tronco sobresalía de entre los demás arbustos. Se distinguía por su altura y sus ramas abundantes. 12 Pero fue arrancada con furor, derribada al suelo. Quedó desarraigada, y el viento del este marchitó sus frutos. Su rama robusta se secó, y el fuego lo devoró todo.
13 Ahora está plantada en el desierto, en tierra árida y seca. 14 De su tronco salió fuego que devoró ramas y frutos. No quedó ni una sola rama fuerte ni un cetro real.
Este es un canto triste, que hará llorar.”

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